Tras los recortes anunciados por el Gobierno el pasado 11 de julio, NOPHOTO ha decidido documentar la evolución del verano más inhóspito y desalentador de nuestra historia reciente. Por si después de éste ya no hubiera otro. Por si desaparece de nuestras vidas el verano. Este blog narra por tanto un estado de inquietud. Sus contenidos son frágiles y discontinuos, asociados a la naturaleza precaria de los tiempos que vivimos. Pretende describir y rememorar las emociones de esa experiencia en vías de extinción que llamamos verano.

Hoy no ha sido A. sino yo quien se ha encontrado una foto abandonada. La he descubierto mientras iba hacia el estudio. Al recogerla y observarla no he podido evitar recordar que todos estos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia.

Empezábamos el verano preguntándonos sobre las posibilidades de la fotografía para rescatarnos, o al menos salvar el recuerdo de este último verano. Por si después de éste ya no hubiera otro.

Precisamente rescate ha sido una de las palabras más leídas y escuchadas este verano, y la otra recorte, que imagino es como querían referirse en realidad al correspondiente secuestro.

Llega el final del verano y leemos que los duques de Edimburgo han conseguido que los jueces secuestren urgentemente unas fotografías. Así es que algo de valor tendrá la fotografía. Claro que sólo se trata de los pechos de una duquesa al descubierto.

 

Ante la ley hay un guardián.

Dentro de pocas horas estaré sentado en una mesa de una terraza del centro de Madrid. Delante de mí estará X. y a mi derecha se sentará Z. Nos reuniremos allí gracias a que Z. ha conseguido que X. acceda a hablar conmigo. Es una cita que he imaginado tantas veces que algo extraño deberá suceder para que no esté dentro de las posibilidades que he visualizado. Voy con la intención de comportarme tan frío como un iceberg y ocultando mis ocho novenas partes de dolor ante X., pero una cosa son mis intenciones y otra lo que sucederá.

Es lo último que deseo, pero quizás nuestros reproches mutuos alarguen nuestra cita hasta el infinito. Puede que se haga de noche, que amanezca y que por la mañana nos pille el equinoccio de otoño sentados en esa mesa. Sería un bonito final de novela para el último verano de nuestras vidas. X. y yo discutiendo sobre el honor mientras el verano se escapa.
He dejado hasta esta tarde la puerta de la ley entreabierta. Espero que cuando llegue la noche, yo y X. alcancemos un consenso y pueda por fin escuchar las palabras del guardián de la ley:

“Nadie más podía entrar por aquí, porque esta entrada estaba destinada a ti solamente. Ahora cerraré.”


Su hermana Emilia opina lo mismo.


Mi abuela tiene los ojos claros y le gusta más el otoño porque hace menos sol.


- Las vacaciones son una invención humana, un derecho que hemos ganado a través de los años para que trabajar adquiera sentido…

Al final de la entrevista no le pude decir todo lo que me alegraba de haberlo conocido. Tuve que salir a toda prisa porque tenía el coche en “zona azul”.

-Foto realizada para una entrevista el 25/06/2010

Hoy se le ha caído a alguien este libro en una calle de Entrevías. Al final no me lo he llevado, lo he dejado en un banco para que otra persona lo pueda leer.

Hoy, al ir a la casa de G, he visto el aviso definitivo que marca el fin del verano y la llegada del otoño en la ciudad: “Por la presente comunicamos a los vecinos el cierre de la piscina hasta la próxima temporada de verano.”

Cádiz es la ciudad más antigua de occidente y la capital de provincia con el mayor índice de paro de Europa. Existe un lugar en donde uno puede comprender ambas cosas a la vez y no estar loco. Se llama Los Pabellones y es un bar amplio y amarillento que abre cuando le da la gana, pero que a las siete de la mañana se llena de hombres solos.

Paredes de azulejo. Barcos, viejas fotos de Camarón, imágenes de Carnaval y carteles ilegibles. Televisión encendida. Una equipación del Cádiz C.F. de los años ochenta. Los habituales entran, saludan, piden con un gesto y se colocan en su posición preferida. El camarero sirve sin preguntar: tabaco, café, copas de anís y de coñac. Camisas abiertas. La cara de sueño del recién levantado se cruza con la cara roja del que no ha dormido. Sombreros. Silencio. Amanece, que no es poco.

Hoy encontré una imagen de hace algún tiempo, de cuando la construcción, el ladrillo le dicen ahora, era el estandarte, el mascarón de proa de una economía, que tuvo, como el Titanic, su iceberg.
Solo que ahora parece como si hubiese sido el pasaje el único en empeñarse en no verlo. Y ni el capitán, ni la tripulación, ni siquiera los músicos, hubiesen tenido nada que ver en esa película.

La foto no es lo suficientemente buena pero es que no pude acercarme lo suficiente. Entre Robert Capa y yo había un cristal. A pesar de que estamos en situación prebélica me parecía una macarrada romper el cristal de la vitrina de la exposición del Círculo de Bellas Artes para acercarme un poco más. Si me hubiera atrevido, una vez metidos en harina, también habría robado ese carnet de prensa de Capa. Lo usaría de marca páginas y no se lo dejaría ver a nadie. Sería mi tesoro.

Supongo que nuestra generación estará obligada a documentar lo que sucederá los próximos años. La coyuntura actual nos impedirá retener las fotografías en soportes físicos y tendremos que hacer imágenes digitales frágiles que se perderán en la confusión de la batalla. ¿Dónde cargaremos nuestras baterías? ¿Dónde vaciaremos nuestras tarjetas de memoria? ¿Quién encontrará en un futuro nuestra maleta mexicana?

Mi abuelo materno y mi padre me enseñaron los rudimentos del dominó cuando yo era pequeño. Desde entonces no había vuelto a jugar hasta que conocí a A., experta jugadora de la larga saga de grandes jugadores que es su familia. Hoy, como todos los domingos, después de comer se monta la partida. Se retira vasos, platos, cubiertos y sobre la mesa de formica se empiezan a jugar varias partidas que se alargarán hasta la hora de cenar. Gracias a A, a su padre, tíos y abuela, ahora juego medianamente bien. Me gusta mucho pasar la tarde del domingo disfrutando de este juego tan antiguo del que no se sabe realmente su origen. Hay una gran discusión sobre este tema, a mi me hace gracia una historia un poco absurda y poco fiable que cuenta lo siguiente: en la antigua China, cuando un emperador mandarín quiso tener un juego que rivalizara con el ajedrez que habían inventado los hindúes, mandó a sus súbditos que se inventaran uno. Al final fue un zapatero el que, utilizando las suelas de los zapatos, fabricó las fichas e inventó el dominó. Lo más divertido de esta historia es que cuando le preguntaron el nombre de este juego, él, que era gangoso, dijo que lo llamaran domingo ya que era el día en el que lo había ideado y fabricado, pero la letra “g” no llegó a oídos del mandarín, por lo que lo bautizó como dominó.

1 Galopeo

2 Más galopeo

3 Exaltación de la amistad

4 Cánticos populares

5 Tú eres mi padre

Tras sobrevivir a su primera semana de cole, Noa le acaba de contar a K. que tiene un lápiz y una goma dentro de la cabeza: el lápiz para escribir lo que quiere decir y la goma para borrar lo que quiere olvidar.

Se ofrece fotógrafo responsable con estudios superiores y facilidad para los idiomas. Especialista en viajes, álbumes familiares y proyectos colectivos. Referencias editoriales recientes de resultados imprevisibles.

Vehiculo propio, aunque es mejor que no lo use.

Pese a que se ha hecho mayor navegando por La Ancha Frontera, aun prefiere el cola-cao al café y las “calcamonias” a los tatuajes.


Algunos días veo nada…
Me resulta interesante esta definición de la nada: “Ningún individuo sustancial se asocia destructivamente con otro” (Mario Bunge). El ser humano lo hace constantemente.
En algunas ocasiones no veo nada…

Es evidente que estamos al final de una era, no hay más que observar las señales. Me cuenta Jonás que actualmente una de las operaciones más demandadas de cirugía estética es el blanqueamiento anal. Aunque sepa que el blanqueamiento no sea un invento de estos tiempos me sorprende la noticia, es de locos. Los chicos de mi barrio ya conocíamos que Franco tenía el culo blanco porque su mujer se lo lavaba con Ariel. Así decía la canción escrita por un desconocido que debería ser hoy presidente de la SGAE.

Este verano barriendo en la casa de mi pueblo me encontré dos monedas. Una de ellas era de una peseta con la cara del rey y la otra de cincuenta céntimos con un Franco envejecido. Llevan desde entonces viviendo en el fondo de mi cartera porque las monedas son para el que barre y a la ley de la botella el que tira va a por ella.

Por la mañana he llamado por teléfono a Rajoy para ver cómo va España. Necesito información privilegiada urgente. Estoy esperando ansioso la anunciada desaparición del euro y la vuelta a la peseta. Cuando eso suceda, por breves segundos, seré el hombre más rico de España.

“El proceso de desindustrialización del interior de las ciudades es un fenómeno que se generaliza a partir de la segunda mitad del siglo XX en la mayor parte de las grandes urbes del mundo. Su característica más importante es el cese de la actividad industrial y su abandono gradual y centrífugo, del centro hacia afuera, de la ciudad. El vacío que queda es utilizado para reorganizar el espacio urbano, creando principalmente nuevas zonas residenciales y generando un acusado cambio funcional. Es obvio que este traslado de la industria a la periferia, liberando suelo urbano, favorece las operaciones especulativas (…) El cambio de uso del suelo, de industrial a residencial, genera grandísimas expectativas. Especialmente cuando se trata de un suelo que con el tiempo ha quedado situado en pleno centro urbano y se presta a golosas maniobras lucrativas. La revalorización y los grandes beneficios que de su explotación se derivan, hace que la mayor parte de las veces prime más una planificación condicionada por el factor rendimiento económico que la realizada por planes inteligentes y pensados con vistas a la futura población y a los servicios que ésta pueda demandar, estableciendo redes eficientes.”

Desindustrialización y transformación urbana en Madrid
Enrique Fidel
Urban Idade


8.003 Km son los que separarán dentro de unas pocas horas a mi hermano Gonzalo de su mujer y de su hijo.
El sector donde trabaja es muy reducido y su profesión quizás es de las más extrañas que se puedan encontrar y a pesar de ello, su empresa lo ha enviado a “hacer las Américas”.
Acabo de dejarlo en el aeropuerto y ya lo echo de menos…

Cuando a mi hijo le preguntaron en el colegio a qué se dedicaba su padre él contestó que a jugar al baloncesto. En su percepción de niño el trabajo es una cita obligatoria y jugar al baloncesto los martes es la única que supo decir de mí. Es cierto que cada vez me cuesta más explicar a qué me dedico. La ausencia de un trabajo fijo y la incertidumbre me obliga a reciclarme constantemente. Como decía la mala Rodríguez lo que vengo a ser es un “Aprendiz de tó maestro de ná”.

Tras volver del verano hoy he hecho el primer encargo fotográfico. Eran unas fotografías para una gran fábrica de papel que edita una revista interna que se edita para los trabajadores. Los posibles lectores son unas doscientas personas y dudo que más de cincuenta realmente la lean. Esta mañana me han llevado a las naves donde guardan el papel usado dispuesto para reciclar. Había periódicos extranjeros llegados directamente desde el aeropuerto, catálogos de grandes almacenes sin desembalar, revistas, coleccionables… El lugar tenía un aspecto de cantera con tantos cubos apilados de papel prensado. He removido las hojas de papel (como hacia Mayra Gómez Kemp con las tarjetas postales de los concursos del Un, Dos, Tres) para extraer un periódico al azar. Me ha dado pena porque estaba lleno de palabras que no habían sido leídas nunca. Palabras que nacen, no se leen y mueren. Así todos los días. Llegará el momento en que todas esas palabras nos reclamaran sus derechos y se levantaran en armas ante todo ese desperdicio provocado por los hombres. Habrá que ponerse cascos protectores en los oídos porque van a hacer mucho ruido.

La vuelta al cole es un invento de El Corte Inglés, también lo son la Primavera (que ya es) y la paga extraordinaria. Mi madre llama “el inevitable” a este singular elemento vertebrador del país. Convertido en una especie de ministerio, durante una época colocarse en El Corte Inglés era una garantía de vida. Ahora ya no contratan a nadie fijo y a sus empleados les han reducido descuentos y privilegios. No tiene nada de particular, la crisis y la competencia han afectado al gigante. Aunque sus últimas cifras hablaron de grandes beneficios, todos sabemos que si España va mal, El Corte Inglés no puede ir bien. Lo que es extraño es que nada de esto se publique: parece que su publicidad compra espacios que van más allá de las páginas inicialmente asignadas. Y supongo que no pagan en corticoles.


Hoy ha empezado el curso en el Colegio de San Ildefonso, que está al lado de donde vivimos A. y yo. Desde una de las ventanas de la casa vemos el tejado del patio del colegio y, sobretodo, oímos a los niños mientras entran en él. Echaba de menos este sonido, el cual nos acompañará todas las mañanas durante los próximos 9 meses. Siempre me ha alegrado escuchar esta melodía que marca el principio de nuestra jornada pero hoy, al leer que “esté será el curso escolar más conflictivo de las últimas décadas” y que “las medidas impuestas para ahorrar en educación sólo servirán para retrasar aún más la salida de la crisis”, me siento triste.

Ya sé que soy un poco exagerado, pero hoy he acabado en un lugar que parecía sacado de una película de Mad Max, en un paraje distópico en dónde daba la sensación de que cualquier tipo de sociedad ideal había desaparecido.

Leo lleva todo el verano preguntando cuantos días faltaban para el 7 de septiembre. Desde hace meses sabía que ese día comenzaban sus clases en la escuela de fútbol. Ese día ha llegado. Leo estaba tan nervioso que le costaba atarse las zapatillas. Era el único de toda la escuela que no llevaba botas de fútbol y eso me ha hecho sentir bien. Mientras el profesor explicaba las características del curso, Leo se ha sentado en el suelo rodeado de niños con las camisetas de sus ídolos. Aun no los conoce, no sabe sus nombres, pero es muy probable que alguno de ellos llegue a ser su amigo del alma de mayor.

Me he pasado dos horas en silencio viendo al grupo de niños divirtiéndose con una pelota. Los veía a ellos pero estaba jugando yo. Confieso que fui yo quien insistió en apuntarle a esa escuela de fútbol por esa manía egoísta que tenemos los padres de reflejar en los hijos nuestras ilusiones.

Dicen que fueron los mismos mayas que ahora nos tienen en jaque, los precursores del fútbol con su juego de pelota. Yo no creo que sea así, pienso que el dar patadas a una pelota está dentro del ADN humano. Como si la pelota fuera la Tierra y expresásemos con esas patadas nuestra rabia de no poder salir nunca de ella.

En cierto momento del verano, la piscina se llenaba de cosas y yo me ponía triste. Mi padre le decía a mi madre: “barrunta colegio”.

Debido a que las ventas españolas de armamento aumentaron en 2011 un 115% con respecto al año anterior, ahora se puede encontrar en las tiendas este tipo de juegos para niños. La industria armamentística española está de enhorabuena en tiempos de crisis; funciona y ha conseguido ascender a 2.431 millones de euros sus ventas. Es para sentirse orgulloso y este tipo de juegos son muy útiles, didácticos y constructivos. Si desde pequeños se van familiarizando con las armas y son capaces de reconocerlas y diferenciarlas, tal vez de mayores lo tengan más fácil para labrarse un futuro en esta industria en alza.

Lo peor de la vuelta al cole era que cuando llegabas al barrio mis amigos tenían muy avanzada la colección de cromos de fútbol. Yo llevaba tres meses aislado en las montañas y ellos ya estaban aburridos de observarlos, se inventaban juegos con los cromos repetidos. Les habían perdido todo el respeto mientras que yo miraba emocionado esos trozos de papel con caras de futbolistas desconocidos.

Lo mejor de la vuelta al cole era forrar los libros y preparar el material escolar. Me gustaba el cole. Yo era de los que en verano, a pesar de aprobarlo todo, me compraba el Vacaciones Santillana por placer. ¡Hay que ser gilipollas!

A pesar de que nunca entenderé el cambio de nombre de Ciencias Sociales por Conocimiento del Medio, hoy me he presentado voluntario a comprar el material escolar de mis hijos. He ido a la única papelería clásica que existe en Malasaña. En la puerta en un gran cartel anunciaban que la subida del IVA no afectaba a los precios. La profesora de Leo le ha pedido tres botes de pegamento de barra. Yo sólo le he comprado uno. He pensado que como en Diciembre dicen que se acaba el mundo no me quiero arriesgar a que se seque el pegamento en la cartera de Leo tras el Apocalipsis. Luego ya, si es una falsa alarma, pedimos a los reyes magos los dos pegamentos que nos faltan.

Tres días escuchando enseñanzas del Dalai Lama sobre compasión, felicidad, mente esquiva y seres sintientes.
El viaje termina aquí. En la estación de autobuses, sensación de incertidumbre en el estómago .
Nada seguro de vuelta en Madrid, muchos idas, muchos proyectos. Ninguno fijo. Autónoma.
La monja budista dijo que la vacuidad no es bien entendida en occidente, que significa la carencia de existencia inherente, la verdad última, la amplitud, las infinitas posibilidades… que vacuidad no significa vacío.
Que así sea.

Hoy, al ver a este hombre, me he acordado del final de un cuento del gran Kurt Vonnegut.

“–¿Sabes una cosa? –dijo el presidente de la junta–. Antes me preguntaba lo que pasaría con todos los estadounidenses como él, esa raza nueva, brillante y lustrosa que creía que la vida no merecía la pena si no consistía en lograr que su familia fuera más y más rica. Me preguntaba qué sería de ellos si volvían los tiempos malos y descubrían de repente que sus bienes netos estaban bajando –Breed apuntó al techo y luego al suelo– en lugar de subir.
Los malos tiempos habían vuelto. Más o menos, cuatro meses antes de que se declarara la epizootia.
–Son hombres unidireccionales… sólo están pensados para subir– dijo Breed.
–Y sus mujeres unidireccionales y sus hijos unidireccionales –El doctor Everett se acercó a la ventana y echó un vistazo al invernal Harford–. Dios mío… la industria más importante de este país se muere por una forma de vida.”

Ante la ley hay una puerta.

X. ha conseguido que este sea el verano más insomne de mi vida. Tenía miedo de regresar después del verano a Madrid porque si no recibía respuesta de X. a mi ultimátum, en breve tendría que iniciar los trámites para atravesar la puerta de la ley, la única escapatoria que X. me dejaba.

X. después de lo que me hizo, me había negado el derecho de palabra y sólo he podido hacer llegar mi mensaje a X. a través de la ayuda de Z. En realidad lo he hecho por Z. porque es muy amigo de X. y le ponía triste la situación que se había creado. Yo también era muy amigo de X. hasta que pasó lo que pasó. Ahora quiero tener a X. lejos de mí.

Justo cuando iba a atravesar la puerta de la ley Z. me ha dicho que X. está dispuesto a hablar. Hemos establecido una cita el día que acaba el verano porque ahora Z. está en el sur y X. debe estar por el mundo con lo que creamos X. y yo.Tendré que escuchar las palabras que X. va a decirme. Espero de corazón que lo que escuche me impida atravesar la puerta de la ley.

“La princesa está triste… ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro”

Lo mejor de quedarse en agosto en Madrid es que hay muchos menos coches. Hoy ya empieza a estar todo como siempre, los coches han vuelto y las calles y carreteras empiezan a estar llenas de ellos. Por cierto, sabían que la Organización Mundial de la Salud ha oficializado por fin algo que los estudios científicos llevan algunos años demostrando: que el humo que generan los motores diesel causa cáncer.

Hoy me he encontrado con estos dos seres extraños sobre la mesa de una casa y, mientras los fotografiaba, me ha ocurrido algo curioso, me ha dado la sensación de que se estaban riendo de mí. Intrigado por lo que me estaba sucediendo, decido acercarme más a ellos y me quedo petrificado cuando me susurran al oído lo siguiente: después de miles de años provocando nuestra extinción, ahora os toca a vosotros.

Siempre que cargo el coche al final de cada Agosto para regresar a Madrid empieza a sonar la canción El final del verano del Dúo Dinámico. Esa canción aparece en el último capítulo de Verano Azul, cuando todos los niños que han pasado mil aventuras en Nerja regresan a su casa en la ciudad. La serie Verano Azul es la mejor enciclopedia que se ha escrito sobre el veraneo de unos niños.

Mi personaje preferido era Quique porque me recordaba a mí. Un niño con un poco de michelín que pasaba desapercibido en un grupo en los que todos tenían una habilidad o cumplían un rol. Quique no era nadie, todos recuerdan a Bea, a Javi, a Tito, a Desi, a Pancho o al Piraña pero todos han olvidado a Quique. Para mí Quique era el personaje más misterioso, siempre me han atraído los pringaos.

Una vez hablando con un fotógrafo amigo mío me dijo que Quique el de Verano Azul era su tío. Insistí mucho en que quería conocerle y una vez mi amigo invitó a su tío a unas proyecciones de fotografías que organizamos en Gran Vía. Cuando reconocí a Quique salí corriendo hacia él y le abracé muy fuerte diciendo “No sabes lo que has significado para mí”. Quique se quedó flácido y su mujer me miraba sorprendida y asustada, ella decía que nunca nadie le había reconocido.

Quique gestionaba unas zapaterías y su mayor afición era la fotografía. En la fotografía acabamos todos los fracasados, Peter Parker también. Hoy muchos fotógrafos regresamos a Madrid para afrontar un futuro incierto en el que no sabemos cuáles serán las nuevas reglas del juego una vez consumido el verano.

K. tiene tantas cosas buenas que hasta es dueña de un río que parece un lago: un lugar secreto en el que comenzamos el verano con una fiesta de San Juan y en el que lo cerramos navegando en piragua…

Hoy es uno de septiembre, primer día del calendario laboral 2012-2013. Declaro, conjurando aquellas célebres palabras del escritor Robert Walser, “que es una hermosa mañana y que me viene en gana dar un paseo (…) Que me encuentro en un estado de ánimo romántico-extravagante que me satisface profundamente”, por lo que me he propuesto caminar hasta un parque cercano con la intención de permitir vagar libremente a mis pensamientos por si me asaltara alguna idea aprovechable de cara a la temporada que hoy empieza.

Aún no he recorrido la avenida que da acceso a los jardines del parque, cuando me sale al encuentro un joven vestido con indumentaria de torero: pantalón ceñido, chaquetilla y medias. La circunstancia es tan insólita, que me dispongo a formalizar un retrato del joven. “¿Podría -pregunto con timidez- hacerte una fotografía?”

Mientras compongo el retrato, cavilo sobre las circunstancias que han traído a este torero -si lo es- hasta el parque. Me pregunto si ha tomado conciencia -como yo he tomado- de que hoy es el primer día del mes de septiembre y ha venido -igual que he venido yo- a reflexionar sobre sus circunstancias y su futuro inmediato. Me inquieta entonces imaginar que en el retrato del chico pudieran quedarse grabados sus pensamientos. Que del mismo modo en que la cámara registra cada costura de los bordados de su camisa barroca, se dibujen con idéntica nitidez los pliegues de los desvelos instalados en el interior de su cabeza.

“¿Quedan fotografiadas las preocupaciones dentro de la cavidad ósea del cráneo?” -me pregunto en voz baja-.

Tras la brevísima sesión de fotos me descubro desbordado por este asunto: el de las ideas fotografiadas. Ahora contemplo a los demás paseantes del parque con otros ojos: Un hombre se ha abrazado a un árbol, “¿porqué lo hace? ¿en qué pensará?” Una pareja que camina cogida del brazo se ha detenido a la sombra de un seto. El hombre se ha percatado de que les fotografío. Ella no. La mujer parece que está contemplando otro universo, el paisaje del lado anverso del rostro, un horizonte de manifestaciones por debajo de la bóveda del cráneo.

Y es que hoy no es cualquier día. Es día uno del mes de septiembre: Suben el IVA y el IRPF, entra en vigor una violenta reforma sanitaria… Veo a un padre con su hijo en brazos e imagino que estará valorando el encarecimiento de los productos y servicios escolares, los importantes recortes en becas y ayudas para la enseñanza pública. A todo esto hay que sumar las otras ansiedades que nos ocupaban con anterioridad: el abaratamiento del despido, el copago, el endurecimiento de las prestaciones por desempleo… En fin, que la realidad deviene cada día más tóxica y hostil para todos.

“Soy actor” -me confiesa el chico del traje de luces cuando me ve salir del parque-.

“Mucha mierda” -le respondo-.

Cuando despertó la crisis todavía estaba allí.

A muchos de mis mejores amigos no los veo más que un par de veces al año. Siempre lo pasamos bien: nos conocemos tanto que no hace falta dar muchas explicaciones de nada. Basta con reír, beber, bailar y, si se tercia, cantar “Chiquilla”.

 

Cuentan que para hacer llorar a los niños de la foto,les daban caramelos que les arrebataban posteriormente.
Con estos retratos, Jill Greenberg quería reflejar la frustración que sentía con la administración Bush y con el fundamentalismo cristiano en los Estados Unidos.
Deberíamos llamar a la autora para unos nuevos retratos, los de todos los ciudadanos que se sienten estafados con lo que les están quitando en estos días, y no son precisamente golosinas.

El día de hoy comienza con la presencia de lo que se llama “Luna Azul”, término con el que se nombra a la segunda luna llena que aparece durante un mismo mes. Esto sucede aproximadamente cada dos años y medio y, en verdad, esta luna no tiene un color azul. Parece ser que, en realidad, su nombre deriva de “betray moon”, que viene a significar luna traidora. Es curioso, hoy, coincidiendo con esta luna, entrarán en vigor una serie de decretos ley que hace poco parecían impensables. Según nos dicen, la realidad del momento hace que su aplicación sea inevitable pero, como viene siendo habitual, son medidas desfavorables para muchos y propicias para unos pocos. Todo en este día nace bajo el signo de la traición.


El paisaje que se ve desde la terraza de la casita de campo familiar no es especial ni atractivo, pero lo llevo observando desde hace 36 años.
Esta es mi última noche de verano…

Cuando tenía unos 11 años me perdí durante varias horas en un bosque. Fue una de las peores experiencias de mi vida. Desde entonces, ir al campo no me gustaba demasiado ya que me recordaba el miedo y la soledad que pasé en ese momento. Años después, pude quitarme esta sensación cuando unos amigos y yo atravesamos durante casi toda una noche un bosque. Desde entonces, siempre que puedo, vuelvo a pasear por el campo cuando cae el Sol. Espero a que se vaya la luz, apago mi linterna y me pongo a caminar. Es una sensación extraña pero placentera. Cuando regreso del paseo me siento bien, no ha ocurrido nada, he superado mis miedos.

Cuando construyeron la Torre Eiffel los artistas de su época dijeron que aquello era un monstruo de hierro. Ahora no conozco a nadie que no le guste. Está claro que o estamos todos locos o tenemos tendencia a mantener poses.

La última vez que subí a la punta de la torre creía que aquella cápsula iba a llegar al cielo. En mis cálculos habíamos sobrepasado con creces los 330 metros. Es increíble que aquella estructura la hubiera imaginado un ser humano y aun más increíble que esa persona convenciese a otros de que era posible de realizar.

Esta mañana hemos construido en familia una puzle en 3D de la Torre Eiffel. Nos sentíamos como Gulliver observando el crecimiento lento de la torre. Cuando llegábamos a la coronación me he puesto decimonónico, he colocado un falso bigote con un dedo arqueado sobre mi boca y he pronunciado solemnemente unas palabras: “Es un pequeño paso para la humanidad pero un gran reto para una familia”

Las bicicletas y Julio Verne son para el verano. Los paseos en bici y las aventuras de Verne que leíamos durante las siestas, tienen una relación cercana porque fueron nuestro primer contacto con la libertad.

Esta mañana en la bici me he puesto el audiolibro de Viaje al Centro de la Tierra. Pedaleaba a muerte cuando el profesor Lidenbrock, su sobrino Axel y el islandés Hans se quedaban sin víveres y en la más completa oscuridad en las profundidades de la Tierra. Lo que mola es que sabes que escaparán de semejante situación, que lo imposible se realizará.

La bicicleta ha pasado junto al yacimiento Paleontológico de Pinilla del Valle. Allí encontraron los únicos restos de Homo Neandertalensis de la Comunidad de Madrid. El lugar es una especie de Atapuerca a la madrileña donde los paleontólogos han descubierto huesos de rinocerontes, uros, tigres o hienas de las cavernas. Emocionado por esos datos que conozco e inspirado con el sonido que emiten mis cascos redirijo la bicicleta hacia la Cueva de la Buena Pinta que así se llama el lugar. Sólo tengo unas pocas galletas, una linterna y un bidón de agua de la bici, pero con este mínimo equipaje me dispongo a emprender una gran aventura y sólo espero que cuando regrese a la superficie el mundo se haya arreglado.

Hoy he visto uno de pelaje blanco y con los ojos azules. No tenía ni idea de que existieran caballos con los ojos claros. Esto me pasa por ser más de ciudad que las farolas.

El verano arrancó con un déficit pluviométrico importante. Las precipitaciones de la primavera no consiguieron paliar esta falta de lluvias y humedad que venimos arrastrando desde el 2011. Este verano está siendo muy duro para el bosque y la agricultura, el suelo está demasiado seco y los índices de humedad son dramáticos. Esperemos que el otoño arranque con una perspectiva más positiva, aunque yo creo que no va a ser así.


Desde 1945, todos los últimos miércoles del mes de agosto Buñol celebra su fiesta mas grande.
Es de esperar que a partir de septiembre, el gobierno continuará lanzando “otros tipos de tomates” que os iremos contando.

Veintinueve de agosto, cincuenta mil participantes, ciento veinte toneladas de tomates, cinco caminones, cuatro mil japoneses, mil australianos, trescientos mil euros.
Cifras y más cifras para una desmesura de tomate en Buñol.
No tengo cifras sobre el tomatazo que corona la rotonda, esos lugares habituales de la desmesura escultórica en estos tiempos.
Lo que parece seguro es que necesitamos una catarsis, aunque sea ésta la del tomatazo.

Mis relaciones con la caza siempre han sido en verano y siempre han estado inducidas por mi entorno. He tenido encuentros con renacuajos, serpientes, lagartijas, conejos, jabalíes, rabilargos o ardillas. No puedo presumir de haber sido un buen cazador aunque genéticamente estaba sobradamente preparado. Los animales siempre me han dado pena y miedo y podría definirme sin vergüenza como un auténtico cobarde.

Hoy mi cuñado Marcos se ha llevado a los niños a cazar cangrejos al río. Los cangrejos de río tienen una historia paralela a la de los hombres. Primero los arroyos estaban ocupados por los cangrejos autóctonos. Después se introdujo en el ecosistema el llamado cangrejo americano y acabó con el autóctono. Ahora un nuevo cangrejo llamado señal ha echado al americano. Después vendrá otro cangrejo más fuerte y luego otro y así toda la vida. Los hombres, como los cangrejos, desde el principio de la evolución nos hemos dedicado a invadir otras tierras y a joder a los demás. Así ha sido siempre y así será.

En muchas zonas se permite cazar el cangrejo señal. En realidad es una maniobra para exterminarlos. Nadie tiene pena de una especie invasora como esta que además es caníbal. Nosotros hemos cogido los cinco cangrejos y los hemos soltado unos kilómetros hacia abajo en el río Lozoya. No los hemos matado pero los hemos condenado a un exilio forzado en un tramo de río desconocido para ellos. Ha sido una maniobra parecida a la que los hombres hicieron con Moisés.

(Del lat. absurdus)

1. adj. Contrario y opuesto a la razón; que no tiene sentido. U. t. c. s.
2. adj. Extravagante, irregular.
3. adj. Chocante, contradictorio.
4 m. Dicho o hecho irracional, arbitrario o disparatado.

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la Lengua Española. Vigésima segunda edición.

Los ocho metros cúbicos de la piscinita que hizo mi padre en el huerto estaban hoy más concurridos que nunca.

Este último verano, como siempre, ha estado junto a mí, en los buenos y en los malos momentos. Ellos dirán que no es necesario pero he sentido la necesidad de agradecérselo infinitamente.


Sin palabras.

Bocadillo de tortilla de patatas con pimientos verdes fritos, nevera con botellines helados, pantalón largo, chaqueta… Todo preparado para disfrutar de uno de mis mayores placeres: ir a la sesión doble del cine de verano. Lástima que los de atrás no paren de hablar sobre que han encontrado la gasolina dos céntimos más barata en un centro comercial… A ver, sí, ya se ha callado. No quiero saber nada durante las próximas cuatro horas. Las películas de hoy nos son especialmente buenas pero me da igual, para mi este es un placer que espero que nunca se acabe.

Mi abuela Benita tiene 96 años. Ahora vive en una residencia situada en un pueblo que se llama El Álamo y cada vez que voy a visitarla creo que me voy a encontrar con el Séptimo de Caballería.

Mi abuela nació en una choza de cabreros construida con ramos a los pies del monte de Guisando. En ese mismo lugar cuatro siglos antes, una joven de 17 años fue nombrada heredera al trono de Castilla. Esa mujer se convertiría en Isabel La Católica y en su reinado se gestaría el gran imperio español. El padre de mi abuela no pudo dejarle ningún reino. Era el hijo bastardo de algún rico y fue abandonado en el Real Hospicio de Madrid. Allí se le impuso el apellido común de Aparicio que se le daba a todos los desheredados.

Hemos traído a mi abuela unos días al pueblo. Mi prima la ha llevado en un 4×4 a la sierra para que vea la diminuta casilla de piedra en la que vivió tantos años y en la que nació mi madre. Apenas reconocía ya el lugar. Le he enseñado fotografías hechas con mi iPhone. Me ha parecido que intuitivamente ha intentado ampliar la imagen desplazando sus dedos por la pantalla. Después me ha comentado algo que me hace pensar que mi abuela esconde secretos de espía:
“ ! Hacen cosas que parece que son mentira!…! Pero que no harán si han conseguido el hombre artificial! ”


Hoy ha salido publicado en el diario Levante-EMV una breve noticia con la fotografía del post de ayer del incendio de Chiva.
Mi amigo Juan me ha dicho que la fotografía se parece a un Turner.


Después de un mes de viaje anárquico y un retiro monástico meditativo me acerco a unos pliegos de papel con letras y fotografías impresas que se hacen llamar periódicos: “Industain Times” y “The Times of India”. Busco alguna noticia que me acerque a “S-PAIN”, como la reciente portada de The Economist. Encuentro tres referencias que exaltan mi nostalgia del terruño: la goleada del Barça al Madrid, la oferta para lectores que describe las bondades de la fregona (no te manchas las manos, evita el dolor de espalda, puede limpiar cualquier tipo de superficie: madera, ventanas, coches….) y un concurso de feos en el mismo Bilbao. La reinserción en sociedad va a ser dura.

A., J. y yo hemos celebrado hoy nuestros cumpleaños ya que caen con pocos días de diferencia. En la familia de A. hay una curiosa tradición que consiste en poner en las velas un año más del que cumples. Según su creencia, esto significa buen augurio, así te aseguras que el próximo año las estarás soplando de nuevo. Hoy, debido a nuestras edades, se ha creado este número: 365, los mismos días que tiene un año. Antes podías intentar hacer planes a años vista, ahora a ver como estamos cuando se cumplan esos días que marca la tarta, pero he de decir que esta coincidencia me ha alegrado, espero que, por fin, sea un buen año para todos.

Hoy estoy seguro que Neil Armstrong no volverá a bajar por la escalerilla del módulo lunar. Ahora tendrá tiempo de sobra para hacer brochetas con los elementos del espacio interestelar.

ARGIFRAN era el nombre del primer cine al que entré, siendo muy niño. No era un nombre cinematográfico, no hacía alusión a ninguna película clásica o actor famoso. Simplemente era el acrónimo de Argimiro y Francisca, mis tíos y padrinos, que lo regentaban.

Me acuerdo que mi tío contaba siempre que llevó la luz al pueblo. Tampoco lo decía como una metáfora de haber llevado la cultura o al menos el entretenimiento, sino que literalmente había llevado la luz al pueblo, pues con el cine llegó la primera línea de energía eléctrica.

Aquel era un lugar mágico, en el que yo me divertía en la sala de proyección rebobinando cintas o recogiendo los trocitos de películas sobrantes de los cortes y empalmes, y los restos de los carbones que utilizaba la impresionante máquina, al menos  desde los ojos de un niño, para llenar de luz la pantalla. Aquel también era el lugar en el que los reyes magos recogían cada año las cartas de los niños con sus pedidos de juguetes.

El cine cerró, por falta de espectadores, en alguna crisis lejana en el tiempo y ahora sólo queda un espacio vacío, donde antes estaban las butacas de madera, con los restos de los cascotes del techo que se hundió.

Si hacemos caso a algunas informaciones muchos otros cines que ahora conocemos cerrarán y acabaremos utilizando el titulo de la canción de Aute para referirnos a gran parte de las salas donde vimos hasta hace poco esas películas que tanto nos gustaron y las que no tanto, esa obra de teatro que nos impresionó o nos aburrió, y los conciertos que recordaremos siempre u olvidamos nada más salir.

Que no cunda el pánico. Siempre nos quedará el interés general, la tristeza de algunos como noticia y colgar banderas en los balcones.

Como cada año por estas fechas las carreteras de ciertos lugares de Extremadura se tiñen de rojo, pero esta vez por un motivo de celebración. Son los tomates que caen de los camiones que los trasportan y son aplastados por los vehículos a su paso.
Algunos quedan en la cuneta como muestra de una extraña abundancia en estos días.


“…el fotógrafo no tiene un clase social concreta que lo acoja. No es ni un obrero ni un empresario, ni un finolis ni un granuja, pero es capaz de desempeñar cualquiera de estos papeles y muchos más. Para mí, el fotógrafo practica siempre el transfuguismo social.”
Xavier Mirerachs

Gran parte de culpa por la que elegí esta profesión es por la cantidad de diferentes experiencias que pasa un fotógrafo a lo largo de su vida; un día estás andando por un glaciar, otro día estás cruzando una península sin rumbo, otro día estás en la unidad de cuidados intensivos de un hospital, otro día estás buceando con tiburones, otro día retratando a un personaje relevante o cubriendo un concierto o una manifestación, otro día visitando unas ruinas romanas, otro día estás caminando por unas playas muy hermosas impregnadas de Historia, otro día estás contemplando un paisaje arrasado por las llamas, otro día estás intentando localizar un pueblo con tan solo un habitante, otro día estás viendo como la gente se tira miles de tomates a la cabeza, otro día visitas una cárcel (y no porque hayas cometido un delito!) y otro día simplemente paseas por placer e intentas hacer una buena fotografía…
Todas estas experiencias y muchas más quedan impregnadas en una imagen, pero sobre todo quedan impregnadas en la persona que las hace, ese personaje que está capturando ese preciso instante detrás de la cámara.
En estos últimos años gracias o por culpa de la fotografía digital y una crisis profunda de valores (entre otras muchas más cosas), esta profesión está en un proceso de transformación y desvalorización continua, a mi juicio estamos sufriendo el mayor cambio desde que se inventó esto de captar la luz. Yo siempre diferenciaré a un fotógrafo de un señor con cámara.
Hoy he tenido otra de esas experiencias por la que quise ser fotógrafo. Esta mañana he “sufrido” un ducha no deseada por un hidroavión.


A dos kilómetros de la casita donde veranea mi familia desde siempre, se ha producido un incendio, todavía se desconocen las causas. Afortunadamente se han quemado muy pocas hectáreas y no ha habido que lamentar daños personales.
Hoy he vivido en primera persona la tragedia de todos los veranos.


Esta mañana he tenido que salir corriendo a cubrir un suceso muy común de todos los veranos.
Normalmente me suelen ayudar a editar, en este caso le he pedido opinión a una persona con 93 veranos de conocimientos, experiencia y observación de su entorno.

Jóvenes con exceso de curriculum para encontrar trabajo, diputados que las pasan canutas con un sueldo mensual de 5000 euros, recorte de prestaciones para estimular la búsqueda de empleo, familias tipo que ganan 8000 euros al mes con ayudas a desempleados.

En ocasiones parece que no sólo hemos perdido el norte económico, sino el respeto a la inteligencia.

El 15 de agosto el tren hotel Lusitania que unía Madrid con Lisboa pasó por última vez por esta estación de Arroyo de Malpartida en Cáceres. Desde esa fecha el Lusitania hará un camino más largo hacia Lisboa a través de Salamanca. Decisiones empresariales y políticas que desarrollan zonas y hunden en la misería a otras. Parece que se avecina la muerte para el mítico poblado ferroviario orgullo de Extremadura que llegó a albergar a mil personas y que en la actualidad sólo tiene cuarenta que añoran en sueños el sonido del chirriar de las vías.

Los clientes de los fotógrafos están desapareciendo. El tiempo libre nos hace buscar formas alternativas de buscarnos la vida o de costearnos las vacaciones. Hace un mes mandé una fotografía hecha desde una ventana a un concurso de un programa de radio. El premio para la mejor foto era dos noches, una cena y una sesión de SPA en un hotel de lujo. Resulta que me tocó y ahora estoy disfrutando del premio en Cáceres.

Junto al hotel hay un campo artificial de nidos de cigüeñas. Están vacíos como esas ciudades fantasmas que en España proliferaron con el boom inmobiliario. La crisis no respeta ni a las aves, todas las cigüeñas han sido desahuciadas porque no podían pagar el alquiler.

ESTUDIO RAJWANT Y COBERTURA DE VIDEO.
Cobertura en video digital (3CCD) y diferentes funciones en fotografía digital.
Porfolio fotográfico: Fotografía en distintas localizaciones con naturaleza.
Sesión de Reiki y clases de cocina. Móvil: 09719723123

Laia aún no habla, pero es evidente que entiende lo que decimos. Cuando escuchó que planificábamos el final de las vacaciones, nos animó a jugar con ella:

“¿Dónde está Laia?”

- Leña de naranjo: Gratis
- 1 vaso de aceite de oliva virgen extra: 0,68€
- 1 pollo de granja: 7,39€
- 1 conejo: 8,78€
- Garrofón y Bajoqueta: 1,50€
- 3 tomates: 0,81€
- 1 diente de ajo: 0,10€
- Pimentón y colorante: 0,10€
- 8 litros de agua de tierras valencianas: 0,20€
- Sal y romero al gusto: 0.10€
- 1,5 Kg de arroz: 2,02€
21,68€ es lo que cuesta una paella para 15 personas.
Que el dinero no da la felicidad lo llevamos escuchando desde siempre, pero en esta última década se ha creído lo contrario.
21,68€ es lo que cuesta un día de amistad, tradición y alegría. No estoy hablando de austeridad.

La medianoche ya ha pasado, empieza un nuevo día. Cada vez hay más ventanas que se encienden. La gente que se ha podido ir de vacaciones está regresando. Septiembre se acerca.

A. y A. tomaron el testigo de manos de su padre en la difícil tarea de regentar un bar. De toda la vida se ha llamado “Dos por Uno”, los del barrio lo llamamos “Los hermanos”. El primer nombre le viene de que cuando se inauguró en 1962, a partir de una determinada hora, se hacía un dos por uno en las consumiciones para intentar capear esa difícil época y que entraran nuevos clientes. El segundo nombre tiene un punto cariñoso ya que siempre estos hermanos nos han tratado muy bien y se está muy a gusto en su bar. Este año, aparte de cumplir 50 años, han decidido ampliar el local, “con la que está cayendo” como dicen sus parroquianos. Pero ellos son tipos valientes, no se amedrentan ante las dificultades, “hay que seguir para delante”, como ellos dicen. Son superhéroes de barrio.

“Recesión se agrava; españoles enfrentarán más sacrificios” El Economista.mx, 1/7/2012

“España pide ayuda y ofrece sacrificios” El país, 26/7/2012

“El Gobierno llama al sacrificio en el “momento más dramático” y subirá el IVA el 1 de septiembre” Intereconomía, 13/7/2012

“El Rey pide “solidaridad y espíritu de sacrificio” para salir de la crisis” El Plural, 13/7/2012

Los estudios que realizó la estadounidense Irene Pepperberg con miembros de esta inteligente especie de loros africanos supusieron una ruptura con el antropocentrismo tradicional. Estos llegaron a poder combinar varias letras reconociendo algunas series de fonemas como palabras anteriormente aprendidas. Tal y como ella dijo, se demostró que hay un potencial de inteligencia “no humana, no primate, no mamífera que permite conocer el mundo de otra manera”, a no menospreciar la mente de un animal por el hecho de que su cerebro no se parezca al nuestro. Todo tiene un precio, tal y como reza el anuncio que me hizo llegar a conocer a este yaco de cola roja: “Lo vendo por 600€ (en tienda cuesta 1200€) pero si os interesa lo podemos hablar ya que necesito el dinero urgentemente”.


A finales del verano pasado mi abuela tomó la decisión de retirar de su armario el albornoz, el traje de baño, las sandalias y el gorro. Estaba empeñada en que ya se estaba haciendo mayor para eso de bañarse en una piscina. Dentro de un par de meses cumplirá 88 años.
Este verano he echado de menos sumergirme con ella en la piscina. ¡Como le gustaba tirarse de bomba!…

Mi padre: Mira, está bajando la niebla de Somao.

Pepe: Qué dices, oh! Es Ángeles, que está quemando el arroz con leche.

Yo no creía a los mayores. Por mucho que me aseguraran que aquello era un depósito de agua yo estaba seguro que era el modulo lunar del Apolo XI y que llevaba allí desde 1969. Me quedaba por las tardes mirándolo esperando que descendiese Neil Armstrong por la escalerilla.

A la casa de mi abuelo al otro lado del embalse sólo puedo ir una vez al año, porque cada rincón tiene una historia y el ruido producido por todas ellas me vuelven loco. Allí debajo de la higuera están congelados los veranos de mi infancia. Nada ha cambiado, todo está en la misma posición; como si las piedras, los hierros oxidados y las casas derrumbadas formaran las estanterías del museo de mi vida.

He paseado con mi padre por las fincas muertas en las que se instalaron mis antepasados hace más de cien años en busca de un territorio que colonizar. Posesiones que se dividieron en delirantes trozos de terrenos entre hermanos que tenían a su vez familias numerosas. Mi padre sabe reconocer las señales de las lindes de las parcelas de mi abuelo, cruces rascadas en el granito, comidas por el musgo. Mojones irreconocibles en el paisaje que me intenta transferir. Son terrenos con pendientes imposibles, lugares olvidados con decenas de casas inacabadas de aquellos primos que soñaron con volver a los orígenes, que se imaginaron un día regresando al reino del cardo y la víbora.

Sólo una cosa ha cambiado. Por la noche, bajo la higuera, ya no están las teas encendidas, un generador ilumina tres bombillas que dan al espacio un aire de verbena. He pedido a mis tíos que contaran a mis hijos de nuevo como fue la nave espacial que vieron sobre las montañas. El relato ha sido idéntico. Luego hemos hablado de maquis, del mítico maquis Ángel y su figura recortada a contraluz levantando su metralleta al aire y de la noche que sonó una orquesta invisible por el valle. Historias que la higuera ha escuchado mil veces y que sólo deja que se cuenten debajo de ella.


A mi abuela le gusta cantar antes de las tormentas.

H. es el mejor frutero del barrio: simpático, atento, honesto y con idiomas. Si el verano ha sido duro para todos, para él lo ha sido especialmente: ha resistido el Ramadán abriendo todos los interminables días hasta perder 7 Kg. rodeado de fruta, sin beber ni comer

 


Hoy hemos esparcido las cenizas de Kigaly.
La verdad es que nunca hubiera imaginado que este acto pudiera transmitirme tanta libertad y paz al mismo tiempo. Sus cenizas estuvieron casi un mes en casa llenando de alguna forma el vacío que nos dejó. Ahora, están en todos sitios.
Gracias por todo.

En las playas donde la erosión aún no ha disgregado a las rocas en partículas de arena y polvo, disfruto husmeando entre las piedras en busca de un canto rodado que sea diferente de los demás, bien por su forma única, bien por su color original. Muchos veranos atrás, cuando era niño, jugaba con mis primas a encontrar “piedras preciosas” que en realidad sólo eran los plomos de los pescadores arrastrados por la marea hasta la playa, o fragmentos de cristal de botella redondeados a causa de la sedimentación.

Todavía hoy encuentro un placer enorme en el ejercicio inagotable de buscar algo, imagino que motivado por estas experiencias infantiles. Incluso me parece que mi actividad fotográfica es una ramificación natural emparentada con aquellas exploraciones incipientes donde se ponía en juego la emoción de salir a buscar un tesoro.

Motivado por esta voluntad de revolver entre las piedras, encontré en Facebook -esa gran acumulación de multiplicidades que esperan ser vistas- un relato autobiográfico que a mi modo de ver es raro; diferente de los contenidos habituales que circulan por las redes sociales. Me llamó la atención porque su singularidad proyectaba un malestar que no parece exclusivo de un solo individuo. Es el relato de un desasosiego colectivo. Dice así:

“Que noche más horrible, llevo despierta desde las cuatro de la mañana, y no creo que vuelva a dormir en lo que queda de verano. Primero, un mosquito que vive en mi habitación, y esta noche se ha hinchado conmigo. Como se ha fundido la luz de mi cuarto, no podía levantarme a oscuras para intentar encontrarlo y matarlo, que era exactamente lo que deseaba hacer, y como la vibración del bicho me estaba volviendo loca, sólo se me ha ocurrido la genial idea de taparme enterita, y asfixiarme con el edredón; teniendo en cuenta que ha sido la noche más calurosa del año, por supuesto, imposible volver a dormir. Ha sido entonces, cuando he escuchado los gritos de mi hermano, que está pasando unos días en mi casa, y se ha levantado, sonámbulo, como siempre, y ésta vez, le ha dado por empezar a sacar los muebles de la habitación donde duerme y llevarlos al salón. Estoy alucinada: Entre otras cosas, tengo un sillón de ordenador, exageradamente grande, el cual era imposible de mover del sitio donde estaba, y bueno, pues ahora ahí lo tenemos, en mitad del pasillo. Y eso, que cuando mi hermanito me dijo que venía, quité todo lo que había por en medio para que no se hiciese daño cuando, dormido, sale corriendo por la casa, llevándose todo lo que encuentra por delante, gritando y suplicando, que por favor, no le maten. En fin. De vacaciones en familia.”

El número de personas desempleadas atendidas por Cáritas Madrid ha aumentado un 62% en los últimos cuatro años. La mayoría tienen cargas familiares y una media de edad de 40 años. Debido a esto, ya no es raro ver señales como ésta en lugares visibles, para demasiada gente significa su única salida.

El mejor amigo de mi hijo en el pueblo se llama Oscar. A sus nueve años es la estrella futbolística local. Con la pelota en los pies tiene mil recursos para salir de situaciones comprometidas. Es impresionante asistir a sus maniobras, me he divertido más viéndole jugar que en cientos de partidos de primera división. A mí me recuerda los videos de Messi de pequeño que rondan por Youtube. Siempre bromeo con él que seré su representante cuando llegué al Real Madrid y estoy detrás de firmar con él un precontrato en una servilleta de bar.
Hoy los de Protección Civil de mi pueblo han organizado unas jornadas para que los niños limpien las orillas del río de basura. Intentan concienciarles sobre el medio ambiente y a los que participan les regalan una barra libre en los castillos hinchables. Antes les daban también un refresco pero este año la crisis ha matado el presupuesto. Durante la limpieza de las orillas yo estaba encargado de un grupo de diez niños entre los que estaba Oscar. Teníamos que hacer una batida en un tramo de río entre el Puente Romano y la Barranca. Un primo mío le ha preguntado a Oscar que porque quería ir a recoger la basura al río y él le ha contestado que porque te dejaban montar en las colchonetas. Mi primo le ha vuelto a preguntar que es lo que él haría si le dejaran montar en las colchonetas a cambio de que arrojase latas viejas al río y él ha contestado sin dudar: “Tiraría las latas al río”


Marc cumplió el pasado 6 de agosto 2 años, el mismo día en que cayó una bomba atómica en Hiroshima. Ahora está aprendiendo a hablar, o a gritar. Tal vez hayan quedado impregnados en sus genes ciertas reminiscencias del pasado y grite por la atrocidad que cometieron algunos insensatos aquel 6 de agosto de hace 67 años.


Si algo de bueno tiene la crisis es el cambio de mentalidad ante el uso de los productos no perecederos: La reutilización.
Nuestros padres y sobre todo nuestros abuelos, se criaron con cierta austeridad y con la mentalidad de que si algo estaba roto se reparaba, no dudaban de no hacerlo de otra manera. También es cierto que no tenían conocimiento alguno de la obsolescencia programada, que ya se empezaba a maquinar por aquellos tiempos, hoy en día desgraciadamente está viviendo su época más gloriosa. Ha sido necesaria esta crisis para al menos invitarnos a reflexionar sobre nuestros hábitos de consumo.
Al mismo tiempo animo a las empresas a volver a fabricar productos no programados para perecer antes de un uso lógico y razonable. A partir de ahora creo que los consumidores nos vamos a quejar un poco más, o eso espero.

Todas las mañanas paso por decenas de pequeños comercios que han tenido que echar el cierre. Los carteles que tenían escrito el famoso “Cerrado por Vacaciones” se han convertido en “Se Vende” o “Se Alquila”. Todo hace prever que este año será incluso más negativo para las ventas que el año pasado. Los tiempos han cambiado, es desolador ver los barrios vacíos y sin actividad. Tal y como contaba el dueño de uno de estos negocios, muchos de ellos han sobrevivido a tres crisis pero esta ha sido la definitiva, por fin se ha conseguido que el pez grande se coma al pez chico.

Los mercados de abasto no suelen salir en las guías de viaje, a no ser que hayan sido tocados por la varita del diseño o lo pintoresco, según las circunstancias.
Cuando viajo a una nueva ciudad me gusta recorrer alguno de sus mercados.

Un mercado de abastos siempre es un mundo lleno de historias, de ecos de las voces que lo han poblado y siempre merecen que prestemos atención y nos tomemos un tiempo para escucharlas y escudriñar sus rincones.

El mercado de San Fernando, en Lavapiés, se estaba vaciando de esas voces y esas historias. Pero con un poco de ganas y otro poco de imaginación empieza a poblarse de nuevas voces que hablan de libros, relojes y salchichones en el mismo plano.
Girondo dixit.

Aunque la ciudad parezca que esté detenida bajo el agobiante calor, surgen constantemente señales de alarma.

Debajo de mi casa de Madrid un día llegó un chico que se llamaba Oscar y que venía desde Londres. Quería montar una tienda en el local vacío que había en los bajos. Los de la comunidad de vecinos estábamos preocupados porque no queríamos otro bar en nuestro edificio, pero lo que Oscar venía a hacer nos gustó a todos. En el local de la calle Colón creó un lugar dedicado a la encuadernación llamado La Eriza que parece sacado de un delirio de Alicia en el País de las Maravillas. Se ha hecho tan famoso en Madrid que si quiero encontrarme con amigos fotógrafos sólo tengo que bajar al portal.
El día 31 de Julio de este año Sebastián y yo dimos por finalizado el periodo de reformas del libro sobre los Modlin que llevaba dos años escribiendo. Nos pusimos una fecha tope y lo conseguimos. En un par de días maqueté el libro con las fotografías y compuse un prototipo por pliegos de cómo quería que fuese el libro. Entregué las hojas a Oscar dándole total libertad para la encuadernación. Oscar utilizó en las tapas un papel que imitaba la piel de la manta raya. También impregnó las cubiertas con un espray fosforescente de los que usan los grafiteros. Ahora cuando el libro descansa sobre la mesilla de noche y apagas la luz el libro queda iluminado y hasta parece que palpita. Oscar había captado a la perfección que aquello era un libro sobre fantasmas.
Como nunca había escrito un libro, Sebastián y yo teníamos algunas dudas, y antes de pasárselo a la editorial, hemos decidido dar a leer el libro a tres personas este verano. Queremos hacer una muestra pequeña de la opinión de un lector medio. Una de esas personas es Isabelle que se lo ha leído de un tirón mientras yo me echaba la siesta.
Como el libro es un libro Apocalíptico no me extrañaría nada que el propio Apocalipsis lo arrastrase y nunca saliera a la luz. Sería un final lógico para la familia Modlin perseguida por el fracaso hasta el fin de sus días. A mí ese prototipo del libro que ha encuadernado Oscar me consuela, poco me importa que llegue a reproducirse de forma masiva. Pienso comprar para él una pequeña caja fuerte que incrustaré en mi habitación y a la que esparciré un bote entero de espray fosforescente.

En 2006 empecé a hacer y recoger fotos del sitio del que toda mi familia es originaria; un pueblo al que sus habitantes llaman “el lugar”, lo que me hizo aprender que el consabido “En un lugar de La Mancha…” no contiene ni la mitad del misterio que aparenta.

Hoy he repetido una imagen que hice al principio del proyecto y he pensado que debo de ser el único animal que tropieza dos veces con el mismo calamino en el mismo camino.

Alarmados por el deshielo extremo de Groenlandia en tan sólo cuatro días, J. y R. han puesto en marcha en el frigorífico de su casa el Proyecto Nuuk, el cual consiste en la fabricación artificial de icebergs para repoblar la isla.

Me encantaría hacer un CV sin palabras en el que esta foto de Noa sustituyera a esa frase tan larga que siempre pongo: “sus proyectos personales tienen que ver con el viaje y la memoria, con una especial aproximación a la relación entre el ser humano, la fotografía y el territorio”.

Los veranos de mi infancia, esos veranos eternos, los pasábamos en el pueblo de mis padres. Nuestra casa, la de mis abuelos a los que no conocí, estaba en una plazuela con una fuente de caño en el medio. Allí iban las señoras a por agua para lavar y fregar. El agua para beber había que ir a buscarla algo más lejos, al pozo encalado, que sabía mejor. Aunque a nosotros no nos importaba beber del caño de la fuente. Y mojarnos. Sobre todo mojarnos. Aún cuando nos bastaba dar unos pasos para llegar a casa y beber del botijo o de la tinaja, con una taza de metal esmaltado desportillada.

El progreso, en forma de farola y jardincito alrededor, desplazó la fuente a un costado de la plaza. Para entonces prácticamente todas las casas tenían agua corriente y al caño de la fuente solo iban los niños a beber y a seguir empapándose, para disgusto de sus padres.

En Madrid han desaparecido o dejado de funcionar una gran cantidad de fuentes. Aquí el grifo de casa, las tinajas y botijos son historia, no está tan cerca para saciar la sed y hay que recurrir  a un bar o la compra de agua mineral. Tampoco es habitual ver a los niños jugando a mojarse en una fuente, ni a sus padres disfrutando de un espectáculo que les trasporta su infancia al menos por unos preciados momentos.

Ayer, entre niños y adultos, nos juntamos 15 en una terraza desde por la tarde hasta la madrugada. Fue una noche llena de salpicaduras de agua y cosquillas. Esta es una de las mejores formas de pasar los días de agosto en Madrid. Me recordó a cuando yo era pequeño.

Cuando el 6 de Agosto de este año la nave de exploración Curiosity aterrizó sobre la superficie marciana, yo lo vi claro. Estaba seguro de que la NASA estaba preparando una evacuación masiva de humanos hacia el planeta rojo.
Las primeras imágenes que se recibieron desde la nave me recordaron a los paisajes de mi infancia del Pantano del Burguillo. En los veranos, yo jugaba entre las piedras incoloras de un territorio sin vida sumergido durante el invierno bajo las aguas del embalse. Mi abuelo vivía al otro lado del pantano y para verle teníamos que ir en una barca azul. Pasé muchos veranos allí aislado, sin electricidad, ni agua corriente. Aquello era un territorio aislado donde se abonaron mis fantasías. En el pantano nunca se discutió la existencia de vida extraterrestre. Según nos contaban junto al fuego, muchas veces habían visto naves espaciales atravesar el valle a toda velocidad.
Como yo quiero ir en la primera remesa de colonos que la NASA envíe a Marte, esta tarde he empezado la preparación física de mi familia para el ambiente hostil marciano. Les he hecho correr en bañador entre las piedras del pantano en condiciones de calor extremo y ausencia de oxigeno. No sé cómo solucionar el tema de la ingesta de líquidos, pero estoy seguro de que la NASA ha pensado en algo.

Es el título de una de las canciones compuestas por la banda irlandesa U2, pero en este caso no hablaremos ni de música, ni de Irlanda, ni de las inmejorables instantáneas que realizó Anton Corbijn para el mejor álbum del grupo. Hablamos de una práctica muy común en nuestro país desde hace ya demasiados años, la especulación del terreno.
Esperemos que algún día estas calles tengan nombre.

Es curioso que seleccionando algunas estrofas de la canción, parece que Bono esté cantando sobre nuestra burbuja inmobiliaria y los que la provocaron…

I want to run
I want to hide
I want to break down the walls the hold me inside
Where the streets have no name

I see the dust cloud disappear without a trace
I want to take shelter from poison rain
Where the streets have no name

We’re still building
Where the streets have no name

The city’s aflood
We’re beaten and blown by the wind
Trampled in dust
I’ll show you a place
High on a desert plain
Where the streets have no name

We’re still building
It’s all I can do
Where the streets have no name


Eh!, ¿tío qué tal todo? (…) ¿Estás currando? (…) Nosotros bien, de tranqui. Hemos venido a una playa muy chula y algo apartada (…) Si claro, para desconectar un poco (…) ¿Perdona?, es que o te oigo. Espera que me muevo que no hay mucha cobertura (…) Tío, no te oigo nada, me muevo otra vez (…) ¡Que hemos venido a esta playa para desconectar un poco! (…) Tío, no te escucho bien. Me subo a la loma a ver si hay cobertura, espera… (…) ¿Me oyes ahora? Puta playa, no te oía nada, debo estar en el fin del mundo…


Fuegos, Prima de Riesgo, Protestas, Recortes, Rescate, Sanidad Pública, Elecciones Americanas, Siria, Julian Assange, Melilla, Inmigrantes, Desahucios, ETA… y mientras tanto, yo en la playa.

A. lleva 50 años cortando el pelo en mi barrio y, desde hace 30, a mi una vez en invierno y otra en verano. Uno de los primeros recuerdos nítidos que tengo es estar subido en una balda de madera que colocaba entre los brazos del sillón mientras me tranquilizaba ante mi temor a las tijeras. A. es buena gente, todos en el barrio le saludan respetuosamente y siempre está trabajando rodeado de amigos que le acompañan constantemente. En esta última visita le pregunté si se iba de vacaciones y me respondió simplemente que no, que este año no cerraba. Se hizo uno de esos largos silencios, extraños e incómodos, que tanto se producen en esta última época. Sin embargo al poco continuamos charlando amigablemente. A. siempre está al pie del cañón, un año más, pase lo que pase, hasta que el cuerpo aguante.

En lo que llevo de verano he tropezado hasta tres veces con el mismo escarabajo. Sé que es el mismo porque son encuentros recurrentes que se repiten idénticos a una hora precisa en un lugar concreto. La especie -ciervo volante- se caracteriza por un dimorfismo sexual muy marcado, así que es incuestionable que el escarabajo con el que me cruzo es una hembra. He averiguado que pertenece a la familia de los lucánidos y que se le considera el de mayor tamaño de Europa. También que su vida, tras la metamorfosis, oscila entre quince días y un mes. Esto quiere decir que cuando la hembra de escarabajo y yo nos vimos por primera vez -el 3 de agosto, lo recuerdo como si fuera ayer- ella era una adolescente robusta; y que si pasados unos días nos volvemos a encontrar, ella será una anciana que habrá completado su ciclo vital y yo estaré haciendo las maletas para regresar a mi piso en Madrid.

Como existe una relación de simetría evidente entre el curso de su vida y el transcurso de mis vacaciones, he introducido al insecto en un tarro de cristal para fotografiarlo. Una vez lo tuve aislado, desprendido de su entorno, me pasmó la imagen de unicidad que proyectaba. Tiene la singularidad de aquellos elementos esenciales que nos sirven para dimensionar las cosas. Lo que me lleva a pensar que el ciervo volador pueda ser una forma substancial irreductible del verano: Una “esencia”, si lo expresamos en términos metafísicos, o una “unidad estival” si lo nombramos desde el pensamiento matemático.

De cualquier manera, lo cierto es que el escarabajo y yo hemos superado el ecuador del enigma que secretamente estamos compartiendo. Los dos somos cómplices del mismo sueño: llámalo vida, llámalo verano.

Martín tiene seis meses y le gusta jugar con papeles. Los que más le gustan son los periódicos porque se arrugan y puede hacerlos trizas fácilmente. Y dentro de los periódicos, sus preferidas son las páginas de economía, debido seguramente al color.

Al igual que Martín a muchos la economía les parecía un juego. Un juego que tenía muy pocas reglas. Cada vez menos. Y no andarían tan desencaminados, pues como en los juegos de niños, algunos acaban con llantos.

Y ahí nos vemos, como los niños, buscando consuelo e intentando señalar al culpable de entre los que jugaban y nos hicieron daño. Con la certeza de que esta vez nos quedaremos sin gallifantes.

Suele suceder que avivar un sentimiento o pasión perdiendo la moderación y la calma conlleva al ridículo. Sobretodo en estos momentos en los que yo no encuentro mucho en este país que sea digno de elevar por su mérito.


Pascual nació el último día del verano de 1951.
En septiembre se va a prejubilar. Toda su vida a trabajado en el sector de la hostelería. Como dice él: “¡Este es mi último verano de currante!”. Después de haber cotizado 39 años a la Seguridad Social, espera cobrar todos los meses su pensión.


Clara: 21, Lolo: 23, Helena:21, Lila: 21 años. Ellas estudian educación social y cuentan emocionadas su experiencia trabajando en prisiones. Tienen ilusión por trabajar con prostitutas el próximo curso. Él estudia Educación infantil. Compañer@s del 15M. Les queda un último año de estudios, no conocen a nadie en activo en su futura profesión. En junio empezaron a manifestarse contra el incremento de tasas. No están seguros, pero creen que entrará en vigor este septiembre. Nos conocemos en un autobús del gobierno nepalí.

Están impresionados por los crematorios de Varanasi y por ver a un mendigo arrastrando a un moribundo pidiendo dinero para la madera de su cremación. Vieron morir una persona en una estación de tren. Les interesa la cooperación, restaurar bicicletas antiguas y la fotografía.

Clara: además de sus estudios, trabaja 4 horas diarias incluyendo fines de semana. Entrena un club de fútbol Sala, trabaja en una empresa de gestión deportiva, da clases particulares de recuperación y también es jugadora de fútbol profesional.
Lolo: confiesa con cierto rubor haber trabajado en fábricas ensamblando luces de coches y como mozo de almacén. También estudia, y aún tiene tiempo para ser voluntario de un esplai, organizando actividades para niñ@s y campamentos.
Helena: este año no ha trabajado, pero normalmente imparte clases particulares.
Lila: trabaja en una empresa familiar de alquiler de coches, también en bares, restaurantes y de cangura.

Echan la cuenta de los gastos del verano:
Viaje a la India y Nepal de dos meses: 1700€ todo incluido.
700 €: billete de avión + visado + vacunas + seguro médico.
1000 €: 2 meses de alojamiento, comida, viajes internos y entradas a lugares turísticos. Miden cada rupia que gastan: el agua en India 12 rupias y ni una más, está impreso el precio en la botella si te fijas bien. Se quedan sin ver Durban Square (Katmandú) de día, pero de noche quizás puedan esquivar a los vigilantes y el pago de 700 rupias nepalíes (7 €).

Debaten sobre la posibilidad de pedir algo de dinero prestado para terminar desahogados el viaje. Viajan con un presupuesto fijado de antemano y son responsables con sus cuentas. Lila es tajante: “si es para comer o dormir pido pasta a mi familia, pero si es que porque no puedo ver monumentos, me aguanto”.

En el verano de 1969 mi suegro Marc viajó en autostop desde Bruselas a Almería. Perseguía a su novia que era hija de unos inmigrantes andaluces que vivían en Bélgica y pasaban el verano en su pueblo. Puso tanto empeño que llegó antes que ella que viajaba en tren con sus padres. Marc cuenta que su visita al pueblo coincidió con la llegada del hombre a la luna y que sacaron a la calle las pocas televisiones en blanco y negro del pueblo para ver el alunizaje. Él siempre se mofa de que cuando el hombre llegó a la luna no encontró nada y cuando él llegó a España encontró una familia. En cierta forma estoy conectado con la carrera espacial porque ahora esa familia es la mía. Por eso todos los veranos en Cantoria mi hija se viste de gitana para asistir a las carrozas. Este año con la crisis el ayuntamiento sólo ha suministrado una carroza donde iban la Miss Cantoria flanqueada de sus damas de honor. La crisis tiene sus cosas buenas porque los del pueblo han previsto el problema y han tuneado un montón de vehículos particulares. Aquello parecía la feria del Rocío. Como yo no he tuneado nada, mi hija se ha tenido que montar en un tren que hacía de cola del pelotón. Allí iba Carmela con su pinta de sueca vestida de traje de volantes. Parecía una extranjera como lo parecemos todos en cuanto salimos del barrio.

A mediados de agosto siempre hay una día que amanece frío y ventoso. Con nubes que pasan con prisa, como si el verano se acabara. Hoy parece ser ese día.

“Queridos M. y J.: Desde este lugar a orillas del Mediterráneo al que ya somos asiduos, os pongo unas letras para enviaros nuestra sincera y cariñosa felicitación por vuestra próxima boda. (…) Hoy día quince habréis tenido comida familiar lo que me ha traído a la memoria aquellas fabes que solíamos degustar bajo algún árbol o en el porche durante unos años en los que os veíamos crecer. Todo va pasando y es un gusto saber de vosotros por estas cosas. Espero que vuestra hija esté disfrutando de Muros y que vosotros tengáis unas buenas vacaciones que os permitan el regreso a Madrid bien cargados de energía.

M. y C., junto a sus hijos, han pasado una semana con nosotros y ha sido un gran disfrute. I. le dijo al director del hotel que, de lo que él conocía, este es el mejor hotel del mundo. El director casi daba saltos de alegría… hoy me ha dicho por teléfono que si puede volver el próximo año y, para no explicarle lo de la crisis le he dicho que sí.

Bueno, ahora nos iremos a dar un paseo. (…) Espero que en Madrid encontremos un hueco que nos permita vernos. Besos.”

 

F. y P. son viejos amigos. Hoy he comido con ellos y en la sobremesa he visto como funcionan los maestros. Entre ellos y el resto de amigos que tienen en común han traducido muchos de los libros que habéis leído. Gracias a su estudio, dedicación y cuidado constante hemos podido leer fielmente las palabras de otros que fueron escritas en diferentes idiomas. Hoy han trabajado codo a codo para traducir un texto, y, viendo como lo hacían, he sentido la necesidad de plasmar este acto. A mucha gente le dará igual, incluso ellos se sentirán un poco abrumados y dirán que no es para tanto, pero a mi me parece que el trabajo de un buen traductor es capital y en demasiadas ocasiones no disfrutan del reconocimiento que deberían tener.


…no queda nada. ¿Y a quién le importa?. Otro verano más.

“¡Madam!, ¡madam!
¿española?
¡hasta la vista turista!
¿Querer libro de Kama-sutra o ñaca-ñaca?
Ñaca-ñaca la cigala”

Monólogo escuchado en ciudad de Patan de la boca de Vishnu.

Para un autónomo ha quedado abolida la separación entre ocio y trabajo. Además, la necesidad de comunicación permanente y la confusión entre vida pública y privada se está volviendo peligrosa. Los veranos son cortos y fragmentados, la atención se dispersa y se impone la multitarea. De 0 a 100 en un segundo: de estar diez horas diarias en la playa a pasar esas mismas diez horas generando un banco de imágenes por encargo.

A las siete de la tarde he intentado fotografiar los exteriores del edificio. Ha sido imposible. El sol ya estaba bajo, pero quemaba como si fuera mediodía.

He visto los primeros indicios de las plagas anunciadas en la Biblia.
La plaga de los insectos ya está aquí. La fotografía de los años 20 que llevaba colgada toda la vida en el salón de la casa de Isabelle en Cantoria está siendo comida por los bichos. Es una foto coloreada de su abuela con su hermana, tiene un marco precioso muy de la época. Cuando entro en la casa todos los veranos me gusta observarla y este año he empezado a percibir unos ligeros mordisquitos por todos lados.
Estos malditos bichos no respetan nada. Han empezado por las fotografías que son la mejor y más barata forma de borrar la historia.

Estar en Madrid en agosto es como vivir en el desierto. Intentar aventurarse a salir a la calle por la tarde es una locura. Lo único que se puede hacer es quedarse quieto en casa hasta que el sol desaparezca.

Recuerdan cuando nos dijeron que los mercados habían fallado a causa de la desregulación y que había que refundar el capitalismo y evitar que se produjese de nuevo una especulación sin límites que nos arrastrase a una crisis económica como ésta. No lo decía cualquier indocumentado, sino los señores Obama y Sarkozy, todo unos señores presidentes, a los que le siguieron algunos más.

Pues parece que el mercado no se dejó regular ni mucho menos refundar, y por ahí andan algunos afirmando que fueron los mercados los que se impusieron a los gobiernos. !Lo que hay que oir!

Así es que, como reza el cartel, los fallos también tienen premio, ya que después de correr en auxilio de esos mercados en peligro de quiebra a los que no pudieron imponer nada, los gobiernos han tenido que ponerse a regular a sus votantes, y a los que no les votaron también. Y parece que ni unos ni otros  son los agraciados con el premio. Eso sí, nos regulan siguiendo las recomendaciones de los mismos mercados que provocaron la crisis o de aquellos que parecen hablar por boca de ellos.

Mientras tanto aquí estamos, asistiendo atónitos a la entrega de premios.


Todos los veranos se produce un fenómeno muy extraño en los bosques. Estudiosos de todo el mundo vienen a observarlo. De repente de un día para otro el verano da paso al otoño, inclusive en los árboles de hoja no caduca. A veces, con suerte, el fenómeno se extiende a unas pocas hectáreas, este año desgraciadamente el fenómeno se ha extendido a 130.800…

Cada día me parece lo más sensato consultar en el Centro de Investigación de Lectura de Mano y Astrología de Mr.Narayan. Adaptado a los nuevos tiempos maneja idiomas europeos, incluido el espanol etc. Quedo a vuestra disposición para hacerle llegar las consultas.

El “paisaje”, antes de adquirir un significado estético, tenía un sentido jurídico y político. Fue en el siglo XVII cuando se hizo clásica la fórmula de representar un territorio desde un punto de vista elevado, lo que evolucionaría hacia una progresiva estetización del mundo. Pero antes de imponerse esta norma, el paisaje era la provincia, la región. Algo equivalente a lo que nosotros hoy consideramos la comunidad. Es decir, no solamente comprendía la descripción de las propiedades físicas de un lugar, era al tiempo una transcripción de sus recursos humanos y económicos.

¿Y a cuento de qué viene esto?

La primera obligación del fotógrafo consiste en detectar aquellos signos que nos permiten descifrar el mundo en el que vivimos. Algunos historiadores han señalado que leer el paisaje constituyó tiempo atrás un patrimonio común. Artistas, filósofos, arquitectos, médicos, ingenieros, geógrafos… todos compartían una misma percepción de la realidad, se puede decir que participaban de una análoga actitud cognitiva frente a los signos del mundo. Por esta razón el “paisaje” era una idea completa, capaz de integrar aspectos naturales (árboles, rocas, ríos) y aspectos humanos (sanidad, trabajo, economía). Hoy día, los signos del mundo están desparramados. A esta circunstancia -el desparrame de los signos- se le puso el nombre de Postmodernidad y su paisaje comenzó a representarse roto en mil pedazos (René Magritte lo pintó en 1933 como los trozos de cristal de una ventana hecha añicos). Podemos suponer que hoy leer el paisaje resulta mucho más difícil de lo que era entonces. Que nuestro panorama actual es una enorme montaña de escombros y que el trabajo del fotógrafo consiste en disgregar aquellos componentes de información con valor paisajístico (esto es: económico, político, ideológico), frente a lo que no son más que restos de materia insubstancial en descomposición.

En esta ocasión, me ha parecido oportuno incluir este gráfico publicado el jueves pasado en el diario El País. La noticia -os podéis imaginar- hacía referencia a la crisis alimentaria y se pronosticaba otra hambruna en el Cuerno de África. No es una pintura. Tampoco es una fotografía. En la imagen no vemos ningún elemento de la iconografía paisajística convencional: valles, montañas, bosques y acantilados. Sin embargo se perfila con claridad el horizonte de lo que tenemos por delante.

Esto sí es un paisaje. Podemos decir haciendo un guiño al ya mencionado René Magritte, que lo pintó todo.

Tenía que ocurrir, A. encontró en Lisboa fotografías abandonadas en la calle. Esta es una de ellas, un recuerdo anónimo más para la colección. Para mí, cuando A. descubre alguna, ésta transmuta de basura a tesoro visual. Este tipo de fotografías son vida y tenerlas entre las manos es lo más parecido a viajar en el tiempo. Gracias a ellas veo rostros, situaciones, lugares, ambientes que no podría descubrir de ninguna otra forma. Disfruto mucho observándolas con detenimiento y echando la mente a volar. No me preocupo por su interés estético, su espontaneidad y frescura lo superan con creces.


Cuando mi padre se hizo esta foto en Nueva York allá por el 74 tenía la misma edad que tengo yo ahora, 40 años.
Comparando su situación de entonces con la mía de ahora he podido encontrar al menos 7 diferencias:
1. Él estaba casado y tenía tres hijos. Yo sigo soltero y sin hijos.
2. Tenía un trabajo estable en una empresa en la que llevaba 8 años y en la que continuaría trabajando hasta su jubilación. Yo no he durado en ningún trabajo más de dos o tres años y de la jubilación casi mejor ni hablar.
3. A esas alturas mi padre había cotizado 10 años. Yo no sé cuánto habré cotizado, supongo que la mitad, unos cinco años.
4. Mis padres estaban a punto de comprarse el piso en el que viven ahora y un apartamento en la playa con mis tíos. Yo espero poder seguir pagando el alquiler cada mes muchos años, nada más.
5. Ese viaje debió ser la primera vez que mi padre se montaba en un avión. Yo sería incapaz de contar las veces que he viajado en avión, quizá más de 50, no sé.
6. Supongo que mi padre nunca habría estado cerca de un ordenador. Yo, pues… aquí estoy, delante de uno, como la mayor parte del tiempo.
7. Mi padre por entonces todavía pudo hacerse una foto con las torres gemelas detrás. Yo he visto caer esas mismas torres en directo por televisión.


Emilia trabajó desde los 14 hasta los 75 años. Ejercía las profesión de sastresa. Se solía llevar algunas prendas a casa para trabajar por la noches, de esta forma podía entrar más dinero en casa. No puedo imaginar cuantos puntos de costura habrán pasado por sus manos.
Desde niña siempre le interesó la Historia y viajar, esto último no lo pudo hacer apenas. Desde que se jubiló dedica gran parte de sus noches a la lectura, de esta forma me dice que por fin puede viajar.


¿Cuánto de agro y cuánto de cultura tiene la agricultura? Pues bien, hoy en día, más bien poco. Por no decir nada. A no ser que por agro entendamos la industria química, el mercado de patentes, el uso indiscriminado de combustibles fósiles, la contaminación de suelos y acuíferos, los monocultivos o el inquietante sabor del tomate; y por cultura entendamos la precarización de la comunidad agrícola, el dumping, la especulación con el precio del grano, las grandes cadenas de supermercados o las abrumadoras distancias que separan a consumidores y productores.

Aún así, y por extraño que parezca, todavía hay gente que, cueste lo que cueste, está empeñada en hacer que la agricultura cumpla lo que su propio nombre dice.

La Iglesia del Carmo era la mayor de Lisboa. Quedó en ruinas debido al terremoto que sacudió la ciudad en 1755 y supone uno de los principales recuerdos del desastre que asoló la capital portuguesa. El seísmo acabó definitivamente con dos conceptos filosóficos: el que sostenía que vivimos en el mejor de los mundos posibles y el que defendía que el mal no tiene verdadera realidad y sólo consiste en la ausencia de bien. Ahora Dios es el Mercado, pero los tiempos cambian, hoy en día no hay símbolo que recuerde el desastre actual y la discusión sobre sistema capitalista es pobre e ineficaz.

Nos vamos hoy de esta casa que hemos hecho nuestra desde hace ya cuatro veranos: un lugar en el que nadar, leer, jugar, escribir, hacer fotos y generar recuerdos…

 


En los últimos meses las precipitaciones están brillando por su ausencia en la gran mayoría de las regiones españolas. Según algunos expertos es la peor sequía de las últimas décadas.
El verano pasado grabé unas imágenes del río que pasa a escasos metros de la casita familiar de veraneo. Al igual que los ahorros de algunas personas de este país, este verano no he encontrado ni patos ni agua, se han evaporado…


Emilia y Carmen han vivido una república, una guerra civil, una postguerra, una dictadura y una democracia… En estos tiempos ya no están tan seguras de esto último.
Emilia guarda un recorte de periódico donde el actual presidente afirmaba que si ganaba las elecciones doblaría las pensiones. Constantemente me repite que en su época lo más valioso era el honor a la verdad y que entre los suyos lo prometido era deuda. Hay que ser algo ingenuo para creer algo así, pero es que nuestros mayores lo son…
A Carmen se la refanfinfla ya todo.

_ Papá, ¿Qué significa esa bandera blanca encima del castillo?
_ Leo, esa bandera significa que España se ha rendido

Este hombre va al cabo todos los días para asegurarse de que llegan todos los barcos de pesca tras la faena, y, al ser vacaciones y no tener que ir al colegio, su nieta le acompaña. A mi me da por pensar que en realidad está escrutando el horizonte buscando un buen porvenir para la cría en otro lado que no sea la Península ya que corren malos tiempos y está preocupado. Posiblemente dentro de unos años ella emigrará y estará en un cabo al otro lado del Atlántico recordando las tardes en las que acompañaba a su abuelo.


Madrid, agosto, 40ºC a la sombra, ni un alma en la calle… Una buena opción para ir a ver a Hopper, el pintor que congeló el vacío de la vida urbana.

“Nada, sólo es pan.

Pan del día anterior.

Se parte en rodajas y se amuga en leche y azúcar.

Luego se rebozan con huevo y se fríen.

Y ya está.”

 

Erundina vive en Muros de Nalón, Asturias. Tiene 71 años, “72 para el mes que entra”. Es una cocinera maravillosa. Sus torrijas son capaces de curar todas las penas.


La cosa se empieza a poner jodida cuando ves a tus héroes caer.


Ghoom, 2438m, Bengala, cerca de Darjeeling. Monasterio budista Yiga Choling, el más venerado de la zona por ser el más antiguo.
Entro por un arco dejando atrás el tren de vapor y las bocinas atronadoras de los coches. A lo lejos, un monje budista sentado en un banco. Fenefas de dragones amarillos sobre cielo azul. Cilindros de oración. Me quito los zapatos y el monje se acerca arrastrando los pies, abre el candado y corre las verjas metálicas de la puerta que chirrían. El monasterio fue fundado por un monje mongol, Sharap Gyatso, renombrado astrónomo. Viven 15 monjes. El altar: un buda enorme, a ambos lados hay bibliotecas con piezas de pergamino rectangular cuidadosamente enteladas. A un lado, la imagen Dalai Lama, al otro la del fundador mongol. Unos grandes recipientes con mantequilla y aceite vegetal hacen girar con su calor farolillos de papel que cuelgan de un alambre. La niebla se cuela por la ventana en la estancia. Un asiento está reservado para un lama de 18 años que es la reencarnación del fundador. El monje que me acompaña se deja caer pesado en una silla mientras disfruto de la quietud . Dejo pasar unos minutos en silencio y me muevo levemente para irme. “Wich country you come from?” “Spain” respondo. “Oh, you won european soccer championship!” Se aleja despacio mientras se pierde en el bosque nublado lleno de banderas tibetanas de oración.

Me encanta irme a un sitio de vacaciones en donde tienes que dormir con colcha. La noche es fresca, no hay luz, da igual el desorden, duermes 10 horas seguidas…


“¿Cómo puedo no conocer hoy tu rostro mañana, el que ya está o se fragua bajo la cara que me enseñas o la careta que llevas, y que me mostrarás tan sólo cuando no lo espere? “
Javier Marías

 

Hasta hace poco nos habían hecho creer que el Banco de España era una gran institución. Al menos nuestras madres echaban mano de ella para responder a nuestras peticiones de dinero con esa frase tan lapidaria de “¿te crees que soy la dueña del Banco de España?”.
Ya imaginábamos que no, que nuestra madre no era la dueña, pero tampoco ahora tenemos muy claro quién o quienes son los dueños o cuál es su función, ya que nos hacen mirar continuamente a más altas instancias bancarias para acto seguido decirnos que tampoco ellos son los que tienen la máquina de hacer dinero o que estén dispuestos a emplearla para nosotros.

No conocemos el rostro de los que nos gobiernan bajo el nombre de mercados. Mientras tanto sí vemos los rostros de los que dicen gobernarnos, con sus caras de estupor ante las decisiones de los otros.
Es posible que dentro de poco pidamos que los periódicos muestren pixeladas las caras de los ministros y subsecretarios del ramo, para protegernos de tanto estupor y tanta dosis de realidad que no esperábamos.


Si de verdad este es el último verano, a mí plin, porque anoche hice una de las cosas que me faltaban por hacer antes de morir. Ayer pasé la noche en el Pimpi Florida, el mejor bar que se pueda imaginar. Lo que allí ocurre todas las noches es muy fácil de predecir y muy difícil de explicar. Ese lugar es la obra maestra de un genio que ha conseguido un agujero negro de felicidad manejando muy pocos elementos: un bar estrecho, música, marisco y vino blanco fresquito. Todas las noches se repite el ritual, la gente hace cola para disputarse unos centímetros cuadrados de suelo en los que durante cinco horas será la persona más feliz del mundo. Como dice su dueño:
“Aquí la crisis ha pasado de largo”

Ir por la playa con una cámara siempre es selten. Es selten que un alemán desnudo te pida que hagas una foto de sus hijos adolescentes jugando con la arena y que se la mandes por e-mail. También es muy selten que aceptes y que mientras intentas meter a dos tíos más grandes que tú en el encuadre, notes que están pensando que eres el tipo más selten que han visto en mucho tiempo. Pero lo más selten es que, cuando te acercas a pedir una dirección de contacto para hacer el envío, la mujer del alemán, también en pelotas, te dice que no tienen un boli ni nada, pero que no importa, que era solo por el momento…

Te vas convencido de que saben que va a ser el último verano que sus hijos van a querer ir con ellos de vacaciones… y que por eso están un poco selten…

Hoy he leído que T.S. Eliot dijo hace mucho tiempo que es propiedad de las grandes obras comunicar antes de ser propiamente entendidas. Y no sé por qué, pero me he quedado más tranquilo.

Cuando el abuelo se quitó las gafas, su nieta lo miró con reparo. Era otro.

J. me ha visto hoy fotografiado por el pueblo, se ha acercado a mí y me ha preguntado si quería que le hiciera una foto. No la conozco de nada y respondo que sí. Todo va bien, ésta ha sido una de las pocas veces en la que, fuera de bodas, bautizos y comuniones, alguien me ha pedido que le fotografíe. Sin embargo todo pasa muy deprisa y J. me dice que le haga llegar la foto a través de facebook justo antes de que se marche apresuradamente. No me da tiempo a charlar con ella o hacerle más fotos.

Cambia la música. Cambian las palabras. Empezamos a hablar de emigración en lugar de inmigración. Y muchos tienen que pensar en irse con la música a otra parte.

Maira llegó a Madrid un 31 de diciembre de hace año y medio. Es fotógrafa y cantante, y acaba de publicar un maravilloso librito de fotografías titulado Este Seu Olhar (Esta mirada tuya).
Ahora vuelve un par de meses a Sao Paulo, donde nació, pero no sabe si a la vuelta será España su lugar de residencia o tendrá que irse a otro país.
Las cosas se complican para un colectivo ajeno a la crisis.

No sé si esta fue la última foto de su último verano en España o fue ella la que me fotografío desde su tatuaje.


Un lassi con mango fresquito -yogurt con especias- en la Blue Lassi Shop conectada a su wifi y varios últimos veranos pasan delante de mi.
Tres funerales, aproximadamente, es lo que se tarda en degustar una delicia de Varanasi.


Cada vez que me subo al coche suelo pensar que tal vez nunca pueda volver bajar de él.
El pasado fin de semana fallecieron en las carreteras 15 personas.
En las noticias desde hace ya mucho, estos datos son meros trámites para realizar las estadísticas del verano.
Solo puedo pensar en esas 15 familias.
15 personas son demasiadas.

Durante unos días voy a convertirme en una miniatura y voy a sumergirme en el Atlántico.


Aigua, Pimentò en Tonyina i “siesta”… per favor, que no em toquen l’estiu.

Después de conducir durante casi 8 horas llego a Zambujeira do Mar y me encuentro con este cuadro en una de las habitaciones de la casa que hemos alquilado. Para mi es un cuadro tan horrible que consigue fascinarme. Al acostarme, esta imagen me viene a la cabeza constantemente y me doy cuenta que el ser turista tiene mucha relación con el término kitsch, con ese gusto y actitud vulgar y pretenciosa asociada a la antigua burguesía o clase media moderna. El turismo y lo kitsch responden a lo mismo, a una industria capitalista que marca una actitud mental en donde todo es controlado y planeado por las necesidades de un mercado que en muchas ocasiones es incoherente y que suele producir el descalabro de ideales, lugares y personas. Malas reflexiones para intentar disfrutar de unos pocos días de descanso. Pongamos en práctica un pensamiento perverso pero muy útil para los de clase media de ciudad del interior: qué más da, mañana voy a bañarme por fin en el mar.


En contraposición a lo que escuchamos todos estos días, es de agradecer leer alguna nota como esta. Cada uno se la puede apropiar y pensar en la persona que merece esas palabras, yo lo he hecho.

La gastronomía de España es una variada forma de preparar platos, que se ve enriquecida por las aportaciones de las diversas regiones que componen el país. Cocina de origen que oscila entre el estilo rural y el costero, representa una diversidad fruto de muchas culturas, así como de paisajes y climas.3 La cocina española está fuertemente influida a lo largo de su historia por los pueblos que conquistan su territorio, así como de los pueblos que posteriormente coloniza. Esta situación le ha proporcionado una gran variedad de técnicas culinarias e ingredientes.

Siempre me hicieron gracia los anuncios de compra/venta en dónde se humanizaba a los objetos. Ahora ya no encuentro diferencia entre objetos y personas y estos carteles tampoco me hacen nada de gracia.

Laia, que aún no ha cumplido dos años, ha dibujado un pensamiento sobre el bordillo del jardín de casa. Lo ha dispuesto en una hilera de enigmáticos caracteres realizados con pajitas de plástico. La secuencia, confeccionada con materiales sintéticos contemporáneos, tiene una factura primitiva que evoca las representaciones rupestres de los hombres de las cavernas. Imagino que en su gesto infantil hay una determinación antiquísima: La invención de la escritura.

Lo que Laia ha escrito, si albergaba algún sentido, lo dispersó un soplo de viento en un instante.

Un filósofo es un tipo que sube a una cumbre en busca del sol; encuentra niebla, desciende y explica el magnífico espectáculo que ha visto.
William Somerset Maugham
Un político es un tipo que sube a una cumbre en busca del sol; encuentra niebla, desciende y explica eufóricamente el radiante sol que ha visto.

Se ha puesto en marcha una encuesta a pie de calle para medir el estado anímico de la sociedad española. Aquí se presenta un avance del resultado.

 

Ya sabemos que hablamos de economía (“es la economía estúpido”) y que bastante nos ha costado , sino entender qué es, al menos incorporar la prima de riesgo a nuestras conversaciones. Así es que no es cuestión de seguir con el resto de términos que pueblan las ciencias (?) económicas.

Pero una cosa es esa y otra bien diferente llevar la crisis al lenguaje, y los recortes al significado, hasta sus última consecuencias. Así, cuando los titulares repiten con insistencia cosas como “haremos lo que tengamos que hacer” o “no podemos gastar más de lo que tenemos” miramos fijamente las fotografías que los acompañan, en busca de algún significado por pequeño que sea este, y que no encontramos en lo escrito.

Y a fuerza de mirar entendemos que si alguien empuja es posible que inmediatamente alguien o algo se caiga, sea esto último un símbolo o una bandera de gran tamaño. O que si alguien se tapa la nariz, hablando precisamente de economía, es que algo puede oler a podrido.

Sigamos atentos a las señales procedentes de los lenguajes no verbales, los más frágiles, pero sin duda los más hermosos, como dijo alguien más.


Wolfgagn, el guía, sentado a mi izquierda da órdenes a los camareros para que nos sirvan rápido. Tenemos todavía trabajo en lo alto de la montaña con el tiempo justo para subirnos al tren cremallera que nos devolverá al valle.
Pregunto a la periodista que manipula su smartphone por España y me dice que una avioneta se ha estrellado en Galicia con órganos para trasplante. “Joder! qué putada. Estamos en el medallero de las desgracias”.
Instintivamente las preguntas van a nuestro amigo “¿Qué tal el paro, la prima de riesgo y los recortes en Austria?” Éste sorprendido no tiene respuesta para lo suyo pero nos habla de Grecia y sus problemas… “Ahora protestan, ahora que les cierran sus negocios y no tienen dinero protestan. ¿Porqué no protestaban cuando engañaban al estado con sus impuestos? Están dañando a la industria del turismo con sus protestas y encima hacen caricaturas de Merkel, que les da dinero…”
- “Querido Wolfgang, aquí también se cuentan las cosas a medias… qué bonita es la vista desde aquí arriba”.

Me gusta cada vez más hacer fotos de bodas. Me siento bienvenido y bienpagao, algo inédito es unos tiempos en los que los fotógrafos somos siempre sospechosos de algo y nuestras tarifas son permanentemente negociadas a la baja.

El dato objetivo es que se ha notado una fuerte oferta por parte de propietarios de pisos que se han quedado sin trabajo y que buscan ingresos con el alquiler de una habitación en su propia vivienda. Este incremento ha sido de un 96% en Madrid. Lo que no sabemos es como será el futuro de los niños que han nacido o están creciendo en la crisis. Seguramente será bastante desalentador.

A excepción del 25 de Julio de este mismo año en que metí cuatro goles jugando al fútbol, el día más importante de mi vida fue sin duda cuando me pusieron gafas. Mi profesor de 4º de EGB le dijo a mi madre que yo no veía la pizarra cuando me ponía en las filas de atrás y me llevaron al oculista. Recuerdo aquel viaje en autobús con mis gafas nuevas desde el ambulatorio de Alcorcón. Miraba a través de los cristales los carteles luminosos, podía leerlo todo. Me sentía descubriendo como era el mundo en realidad, un mundo que había estado delante de mí pero al que había permanecido ajeno. Desde entonces nunca me quito las gafas, salvo cuando me voy a bañar. Cuando me baño soy un completo cegato y la gente que me saluda de lejos en la piscina me toma por un antipático, pero es que yo no sé quiénes son esas figuras borrosas.
Ayer sin embargo mi vida cambió. Ayer me compré unas gafas de bucear y comprobé que los cristales de las gafas de bucear corrigen mi miopía. No sé como nadie me había avisado antes de este hecho que debería ser conocido y predicado en foros de miopes. Debajo del agua el mundo se me hizo sorprendentemente nítido. Observaba a mis hijos moverse lentamente en el espacio interestelar y veía con precisión microscópica la más mínima burbujita. Parecían astronautas reparando una nave.
Ahora que el mundo se acaba para mí empieza el descubrimiento del mundo submarino con muchas más posibilidades que esté de arriba que está lleno de números. Ante mí se abren las posibilidades de observar cachalotes, belugas, peces abisales y krakens. Mi primera decisión ante esta nueva universo por descubrir ha sido fácil: mañana me voy al mar.

Supongo que cuando llegue el Apocalipsis habrá un lío de cojones. El Apocalipsis necesita mucha organización y me lo imagino con gente yendo y viniendo con papeles en todas direcciones. Hay que probar quien ha sido malo y debe ir al infierno y eso no puede hacerse al tuntún. Con tanto lío, habrá tiempos muertos y será fácil pasar desapercibido. Seguro que podré sacar un momento para ir a bañarme a la isla como llevo haciendo desde el día en que nací. En la isla las guerras, las dictaduras, ETA y la prima de riesgo no existen. Lo malo es que un funcionario del Apocalipsis pasé por casualidad por allí y lo confunda con el paraíso. Si eso sucede estamos perdidos.

Desde que decidimos que el nuestro era un mundo globalizado, y que las pobres mariposas chinas podían provocar con su aleteo un Tsunami al otro lado del mundo, asumimos que todo está conectado.
Así es que relacionar la crisis económica con la falta de triunfos y medallas olímpicas de nuestros deportistas ha sido cosa de sumar dos y dos.
Pero las consecuencias de un cambio mínimo en las banderas colgadas de los balcones de nuestro vecindario puede tener efectos imprevisibles, si no al otro lado del mundo, sí en la propia calle.

Permanezcan atentos al medallero olímpico y a los balcones de sus vecinos.

 

Érase una vez un gran estadista que mandó construir un barco ecológico reciclando los fragmentos metálicos de una obra de arte sin ningún valor simbólico.

Este verano sólo tengo cinco días de vacaciones. Me iré al Alentejo y J. me ha hecho un gran favor: dibujarme un mapa con los tesoros del lugar. Me ha encantado descubrir esta mañana este bonito objeto sobre el ordenador en el que voy a trabajar tanto durante los próximos días. Gracias a él, A. y yo podremos comer pescado en el Restaurante O Pescador, “uno de los bares más raros del universo”, o conocer “el campo de fútbol más extraño de la Península Ibérica”. Gracias J. por descubrirnos y regalaros estos lugares.


…ver el horizonte completo. Y en ocasiones imposible.

Será interesante, en unos años, comprobar en qué medida la crisis nos ha calado -literalmente- hasta los huesos. Alguien del futuro, un antropólogo o un historiador del arte, determinará que nuestro lenguaje corporal se modificó a raíz de la gran recesión de principios del siglo XXI. ¿Caminamos de forma diferente a como lo hacíamos hace una década? ¿Sonreímos de otra manera?

Al examinar estéticamente una fotografía, lo normal es que la primera observación incida en el tópico de “la mirada”. Es decir: el punto de vista, la intención del fotógrafo. De Dorothea Lange, por ejemplo, siempre se ha destacado el “orgullo y la dignidad” con la que retrató la miseria en Estados Unidos durante la depresión en la década de 1930.

Lo que trato de precisar no tiene que ver con la conducta del fotógrafo, sino con la del fotografiado. No somos conscientes, pero esto ya ha sucedido: La crisis ha alterado nuestra visión del mundo al tiempo que ha repercutido sobre nuestra fisonomía. ¿Ha observado usted si su cuerpo rectifica de postura al caminar o cuando sube escaleras? Probablemente ahora ríe y se lamenta -cotéjelo con el espejo- de otra manera. Compruebe también si esa mueca involuntaria tan característica en su rostro ha sido sustituida por otra nueva. Aún no lo vemos, porque la crisis está dentro del cuerpo, pero lo verán las personas del futuro. Téngalo en cuenta estas vacaciones si se hace alguna foto.

G. ha conseguido una de las únicas cinco plazas de filosofía que se han convocado este año. Es su tercera oposición y, tras estudiar en el extranjero, terminar la tesis, ser interino durante años, dirigir e impartir seminarios en la facultad, traducir diferentes libros y conseguir vivir con menos de 400€ al mes, por fin va a poder tener una vida digna haciendo un trabajo fundamental para la sociedad. Es una verdadera suerte para los nuevos chavales de secundaria que él vaya a ser su profesor. Las buenas noticias escasean mucho últimamente, me ha encantado poder vivir ésta.


Llevo cuatro días alejado de la capital: sin olimpiadas, sin prima de riesgo, sin deuda exterior, sin euribor, sin FMI, sin PIB y sin “nosequemás”… ¿Qué pasa cuando desconectas de este mundo? ¿continúa existiendo?


En los primeros años de vida de Pau se desarrollará su inteligencia, su personalidad, su comportamiento social, su imaginación y su pensamiento abstracto.
Son muy significativos los factores ambientales y sociales en los que Pau desarrollará su primera infancia.
Si todo continúa como está previsto, los padres cada vez lo van a tener más difícil.


Si hay agua me baño, si hay comida como y duermo cuando me place.


Hace tanto tiempo que yo ni tan siquiera había nacido. Pero imagino que para mis hermanos los veranos también serían eternos y en los que sólo había un lugar posible: la playa.
El verano empezaba el día que nos montábamos en el Seat 131 camino de Alicante y terminaba al volver a Madrid unos dos meses más tarde. Lo que había antes y después no pertenecía al verano, no era nada que se pueda recordar.
En la playa había todo lo necesario para ser feliz: libertad casi absoluta de horarios, bocadillos de atún para cenar en vez de la verdura de siempre, un montón de primos a los que no veías en todo el año y hasta alguna que otra novia.
Lo malo de este paraíso veraniego es que convertía el resto del año en un tedioso paréntesis que estabas obligado a pasar mientras llegaba lo bueno.

Espero que de una vez por todas y cuanto antes decidamos cortar el nudo. Esta difícil situación solo podrá ser resuelta acabando con él para poder descubrir la esencia del problema, revelar todas las contradicciones que lo forman y poder así solucionar esa situación.


Divisar el final del túnel y no ver con claridad genera cierta incertidumbre.

El plan de hoy, encontrar un mamut que se esconde en Barcelona.

Durante la fiesta del sábado pasado un camarero del catering muy agradable no paró de servirme bebida con una sonrisa. Me caía bien, era un tipo corpulento y estuve a punto de hacerle la gracia de que me pareció haberle visto en el desfile de la inauguración de las olimpiadas de la noche anterior. A mitad de la fiesta el camarero incomprensiblemente salió disparado a la piscina se tiró al agua y luego escapó desnudándose y gritando que le perseguían unos tipos de Cuatro Caminos y que querían matarle.

La escena fue quijotesca. Fuimos a buscarle por la urbanización y nos le encontramos subido en lo alto de un tejado gritando frases incomprensibles. Aquello se escapaba a toda razón. Hablaba de Dios y de gente que no conocíamos. Los Guardias Civiles que le bajaron del tejado dijeron que había tenido una crisis psicótica. A mi sus palabras me hacían pensar que había sufrido una traición y que la desesperación le había llevado a comportarse así. La traición puede llevar a cometer locuras y ninguno estamos liberados de la traición. Están sucediendo a mi alrededor cosas muy extrañas a las que no soy capaz de dar sentido.

La prostitución ha aumentado en un 15% en Madrid. Debido a la crisis, muchas mujeres que la habían abandonado hace años han vuelto a ejercer ante la falta de recursos económicos. Ha habido un importante incremento de mujeres españolas que han comenzado a prostituirse, pasando a representar el 10%. Todas ellas han tenido que rebajar el precio de sus servicios y muchas son obligadas a practicar sexo sin preservativo ante la presión de los clientes.

Todos los periplos en barco son La Odisea y todos los viajes por carretera recuerdan The Americans.


Pero de qué nos preocupamos? La solución vendrá del cielo!!!

Mi padre dice que de pequeño no pasó hambre pero si necesidad. Cuenta que de niño, cuando se iba con las cabras al monte, se llevaba para todo el día un cacho de pan y un cacho de tocino “!Y cuando había tocino!”… acaba exclamando siempre.

Sus experiencias infantiles le han generado un miedo al hambre y desde que tengo conciencia en el pueblo tiene un huerto sobredimensionado que puede abastecer a diez familias. Según está la cosa con la maldita crisis, hoy más que nunca entiendo que mi padre es un visionario. Estos días sacamos calabacines y unos pepinos que están de llorar. Queda una semana para empezar a recoger los primeros tomates maduros. Este año mi padre se queja que en los tomates no han cuajado muchas flores. Le he preguntado que si cree que la crisis también tiene que ver en esto y me ha contestado “Pregúntale a Rajoy”.

Por mucho que observo el huerto, lo encuentro escrito en un lenguaje que desconozco. Mi padre no ha perdido la esperanza de que algún día yo lo cuide, aunque ya le veo que dedica más esfuerzos en transmitir sus enseñanzas a mi hijo que a mí mismo. El otro día me dijo señalándome dos pequeños surcos de tomates: “Cuando yo guiñe el ojo, con un trozo como este tenéis tomates de sobra para todos vosotros”.

Ayer estuvimos con el fotógrafo Jordi Bernadó en Poble Nou, antigua área industrial de Barcelona reformada en el año 92 con motivo de los juegos olímpicos. El plan era visitar su estudio -Jordi nos lo había propuesto en otras ocasiones-.

El estudio de Jordi se encuentra dentro de lo que se conoce como Centro de Producción Artística Palo Alto, un antiguo complejo industrial de manufactura textil hoy transformado en fundación para la promoción de actividades culturales y artísticas. En este complejo conviven diecinueve estudios. Diferentes en su actividad (hay arquitectos, diseñadores, artistas, empresas audiovisuales…), comparten un mismo proyecto: arrebatar a la ciudad -y a sus circunstancias sombrías actuales- un espacio para el pensamiento, la investigación y la creación.

Palo Alto es un recinto alegre y luminoso. Su interior se configura en torno a una agrupación de patios asimétricos revestidos por plantas enredaderas y una variada vegetación de especies suculentas. Recorriéndolos, uno se siente transportado a una región primitiva y remota de la realidad. Tiene algo de jardín botánico, de artificio, de improbabilidad.

Jordi, naturalmente, también es una persona alegre y luminosa. En el transcurso del paseo que daríamos después, manifestó que somos un país enormemente creativo. “¿Lo crees de verdad?” -pensé yo-.

Antes de despedirnos, Jordi nos hizo esta foto de familia en un rincón de su refugio de Palo Alto. No suele fotografiar personas, sin embrago compuso para nosotros este retrato tan particular.

Ahora que lo pienso con detenimiento, me parece que tenía razón, que somos creativos.

Un tótem es un objeto, ser o animal sobrenatural que en las mitologías de algunas culturas se toma como emblema de la tribu o del individuo e incluye una gran diversidad de atributos y significados.

La solución vendrá del cielo, de los tomates del señor Gómez, o de la emigración.
Alojamiento 2 camas con terraza en el barrio tibetano de Delhi sin regateo y con wifi: 400 rupias.
Comida: 100 rupias.
Gasto estimado al día en una ciudad de India (el entorno rural es más barato) sin ir a la compra, sin cocinar, ni limpiar, ni mover un dedo: 650 rupias dividido entre 65 rupias/euro: 10 euros/día. 31×10: 310 euros al mes.
Me dicen que por dar clase de español a expatriados te puedes sacar tus 30€/hora. Con 10,3 horas de trabajo al mes tienes para ir tirando.
Eso si, sin seguridad social… espera, que me da la risa.

Todos los veranos, siendo de letras puras, acabo haciendo cálculos.

“El supuesto milagro no fue otra que un proceso de convergencia y unión monetaria con el resto de Europa, por el cual los tipos de interés quedaron por debajo de la inflación real y España se inundó de capital extranjero. Vendimos ladrillo, deuda y sol, lo cual equivale a plantar cizaña en el césped: las actividades especulativas desplazaron a las productivas. En realidad, sí hubo algo milagroso: que un mal encofrador ganara más que un buen médico. El gran problema de España es que carece de una economía realmente productiva y capaz de competir en el mundo, y por eso no crece, y por eso padece un desempleo endémico”.

Enric González.
Cosas que no me creo.
Jot Down.

Me gusta leer en la playa. “Cuando oscurece, siempre necesitamos a alguien” es la frase-motor del libro que me ocupa estos días. Le sirve al protagonista para avanzar en el relato y está tomada, se supone, de una película cuyo título no recuerdo en la que trabajó de guionista Scott Fitzgerald…


Esto es lo que imagino cuando me explican el funcionamiento de las bolsas y el estado de la economía.

Los recortes empujan la tasa de paro en España a su máximo histórico. El 24,6% de la población activa está desempleada. Ya hay 1.737.600 hogares con todos sus miembros sin trabajo. El paro juvenil se sitúa en el 53,3%.

Aquí llegan las chicas al rescate!

Nos vamos a la piscina. Estamos ya de vacaciones.

Por fin ha llovido con fuerza. La temperatura ha bajado 10 grados, la prima de riesgo ha caído 50 puntos, por la noche se respiraba mejor. Sin embargo, las tormentas de verano, aunque alivian y refrescan, son fugaces y pasajeras, solo mejoran la situación por poco tiempo.


No vuelvo hasta septiembre, dejo regadas las plantas que hay cerca de mi mesa, pero si algún alma caritativa recuerda echarles alguna gotita de vez en cuando evitaríamos que fuese su último verano… Una tiene un frasco “autoriego” que solamente hay que rellenarlo.
MUCHAS GRACIAS.

En Madrid hay 1.863 personas sin hogar según el último recuento, un 4% más que hace un año. Ocho de cada diez son hombres, la mitad españoles y su media de edad es de 44 años.

En estos días de hombres de negro y oscuros poderes que se comportan irracionalmente (o eso nos dicen), parece que los culpables son otros y los que pueden dar la solución también están en otra parte. Una solución aplazada a un futuro que no sabemos cuándo llegará.
Como en la canción de Los Planetas ‘Que no sea Kang, por favor’

“… y los malos van venciendo.
Y si alguien del futuro
casualmente oyera esto,
que venga a salvarnos”

Mientras tanto el fuego renace como todos los veranos, en eso este ultimo verano no es una excepción.

Reinvéntate, recíclate, emprende. Precisamente ahora es el momento. Arriésgate. Sé creativo. Los medios de comunicación lo recomiendan. Saca partido a tu crisis, ten un plan B, sé otro.

Lo mismo da los años que lleves estudiando Arquitectura, que seas licenciado en Historia del Arte o doctorado en Matemáticas. Eso no importa. Lo relevante es lo otro, aquello en lo que no te has formado, lo que no querías ser.

Yo ya lo tengo, me refiero a lo que no quería ser, al plan B. No quería ser empresario, así que voy a lanzarme con mi propia empresa: fabricaré banderas de España. Si usted es despierto como lo soy yo, habrá detectado que de un tiempo a esta parte están por todos lados. Vamos, que hay mercado. Como además de despierto también soy un visionario, las voy a confeccionar en formato colosal, como las de la fotografía. Le aseguro que esta talla de bandera será tendencia en pocas semanas, me las quitarán de las manos.

Ahora en serio… la retórica del visionario con ideas, que se la vendan a otro. Por favor, no me den más la paliza con el “recíclate”. Que sean creativos y tengan ideas los gobiernos, que se reinvente el sector financiero, que los especuladores se conviertan en “otros” -y cuanto más “otros” sean éstos últimos, mejor-. Yo estaba haciendo las cosas razonablemente bien. Mi trabajo me ha costado.

 

 

Santos Valbuena fue pastor sin apenas rebaño. Su único hijo, Darío Valbuena, se hizo panadero cuando salió de la carcel, donde estuvo condenado por Auxilio a la Rebelión. Mi padre, Luis Valbuena, consiguió salir de Un Lugar de La Mancha para hacerse maestro y llevar la vida que quería llevar. Yo, Juan Valbuena, estudié Física Teórica pero siempre me he dedicado a la fotografía. Duna Valbuena aún no sabe que va a ser de mayor.

Pensaba que los espejismos solo se producían en las llanuras de los desiertos o sobre la superficie del mar. Sin embargo, hoy he visto una ilusión, una imagen esperanzadora y atractiva que no era real.

Es realmente difícil entender el problema del carbón, por otra parte, es muy fácil posicionarse.
Un sector con fecha de caducidad (2018) al que históricamente han subvencionado y al que continúan dando dinero, donde los trabajadores cobran cerca de 3000€ y se pueden jubilar a los 51años… pues bien, ese dinero también sirve para adecentar y dotar de recursos a los pueblos cercanos a las minas porque sino estarían totalmente abandonados, sirve para que algunos mineros de contratas lleguen a duras penas a los 1080€ y sirve también para que esos jubilados o prejubilados tengan un digno retiro después de pasarse la mayor parte de su vida a muchos metros bajo tierra tragando carbonilla, con una humedad en algunos casos cercana al 90% y en posiciones totalmente imposibles cargando con un martillo hidráulico de varios kilos.
A esta gente les han estafado, les recortan porque el gobierno tiene una buena coartada para ello “están condenados a desaparecer, la minería no es sostenible”.

Pues puede que sea verdad pero, el tajo a traición no está justificado, han recortado en 2012 lo que deberían hacer en 2017, impidiendo estudiar o elaborar un plan de desarrollo para el futuro de las cuencas.
El carbón que se extrae en España no siempre es más caro que el de fuera pero cuando lo es, ¿no será porque los mineros tienen que cobrar, porque hay un plan de seguridad y además tiene que casar con los programas medioambientales que muy seguramente no hay en Polonia, Sudáfrica o en China?
Rajoy, sin duda, habrá estudiado la estrategia de Margaret Thatcher en los ochenta y sabrá que en una huelga larga, el pulso “siempre” lo gana el gobierno por la desidia del que necesita trabajar. Esperemos que no sea así y se siente a negociar.
No es muy difícil encontrar paralelismos de otros sectores con la minería… así que pensemos un poco porque, todos somos un poco mineros.

Que nos importaba a nosotros la crisis aquella noche del 1 de Julio, nos daba igual que España se hundiera en el fango economicamente porque por una noche volvimos a ser los dueños del mundo. Habíamos enterrado definitivamente los sueños de la infancia que nos decían que no lo íbamos a conseguir jamás. Incluso asumimos como nuestra aquella combinación de colores que siempre rechazábamos. Me eché con mis amigos a las calles de Madrid para abrazarnos con desconocidos en una explosión absoluta de felicidad.


Más IVA sobre un cadáver. El 21% de 0 es 0. Y en Alemania continua estando al 7%.
Ayer se reunieron mas de 500 personas a las puertas del Museo Reina Sofía. Según algunos medios casi todos eran artistas, y yo no vi a más de media docena, cuando esta medida les afecta más a ellos que a nadie del gremio.
Los profesionales y empresas culturales reclaman la unidad de todo el sector. ¿Pero cuándo han estado unidos?.
Este país se está quedando sin nada.

Acabo de leer en un diario digital que un biofísico de Harvard ha creado una medusa artificial con silicona y células de músculo de rata. Al parecer, se mueve a impulsos y es tan gelatinosa como si fuera real.

¿No sería posible trasladar este propósito y sus fundamentos al universo de los seres humanos? Tal como están las cosas, se me ocurre que podríamos intentar componer un superávit de silicona con partículas de déficit presupuestario. O bien, fabricar un fármaco para la despreocupación con corpúsculos de ansiedad de las personas en paro.

El pasado día 19 realicé esta fotografía desde la ventana de un hotel en Cantabria. La escena del grupo de chicos caminando hacia la playa me hizo recordar un mes de agosto luminoso de mi adolescencia. Parece un verano cualquiera. Pero la imagen está compuesta con menudencias de un verano de mierda.

En un momento en el que las personas son tratadas como algo insignificante siempre hay alguien que te recuerda que esto no debería ser así.

Con mi amiga Maribel jugamos a imaginar cómo será nuestra comuna auto-suficiente en Asturias cuando todo se vaya a la mierda. L@s fotógraf@s nos aportan gran cosa en su casa-pajar de Quirós. Buscamos personas que construyan, labren el campo, cocinen, críen gallinas, limpien o pesquen. Adorno mi currículum para ella con mis múltiples habilidades manuales. Nunca se sabe.

Godina, Pravia, Asturias. Se vende la casa de Ana Mari y Manolo,construida con los mejores materiales, piedra a piedra, por los tíos de mi padre. Tfno. 649 169 347. Vistas al mar. Cocina de carbón. Taller de trabajo. Tiene una mini-casita con el nombre del perro: Ringo. Tiene espacio para una huerta y un ciruelo que en estos momentos está dando sus mejores frutos. Hice la foto porque fuimos a recoger ciruelas, para que no se echen a perder. Para más detalles, visiten el link de abajo.Gracias.

VENTA DE PISOS


…ver el horizonte completo.


Llevamos meses igual: el fin de semana los tipos más listos de Europa se reunen para salvar el euro, el lunes y el martes la cosa se tranquiliza… el miércoles y el jueves no saben si rescatarnos o ahogarnos y el viernes parece el apocalipsis…


Plaza de Neptuno.

19 de Julio, Gandía.
Heladería Maruja, un clásico en Gandía Playa. Si hubiera una Lonely Planet de Gandía esta sería una de sus recomendaciones: un establecimiento donde hay clientela local. Helado artesanal, leche merengada, horchata, terraza amplia, una ampliación en blanco y negro del abuelo heladero y buen precio para endulzarnos el último verano.


España es un descampao: encima le puedes poner lo que quieras, se pueden construir casas, campos de golf, rotondas, polígonos industriales e incluso preciosos museos de arte contemporáneo y centros de investigación de nivel internacional. Lo malo es que, si te quedas sin dinero, los cardos te comen.


A costa de atentar contra la vida de los otros, proliferan -en el perfecto caldo de cultivo de la crisis financiera- los saqueadores más obscenos que uno pueda imaginar.

Esta mañana, hemos visto a Nellys desolada. La agencia de viajes que debía de tramitar su vuelo a Santo Domingo (Viajes Omega) había desaparecido. Los encargados de la misma huyeron con el dinero de cientos de personas, en su mayoría nativos de República Dominicana y de Ecuador que llegaron a España antes de la crisis buscando trabajo. Después de decenas de meses ahorrando, han arrebatado a Nellys los planes que tenía de reencontrarse con sus hijos este verano. ¿Se puede profanar algo más sagrado?

Nellys Challas (42 años), dominicana con nacionalidad española, reside y trabaja en Madrid desde el año 2006. Ha cuidado de Laia, mi hija, durante todas las mañanas en el transcurso del último año.


Más de 40.000 españoles emigraron al extranjero en el primer semestre de 2012 en busca de oportunidades, casi el doble que en el mismo período de 2011.
A este paso llegará el día en que el gobierno tendrá que cerrar las fronteras para evitar el éxodo masivo.
Entonces nos echaremos al mar, será la única salida.


Durante los últimos nueve años he vivido de una galería de arte.
El jueves pasado vendí mi última foto, el viernes me llamó mi galerista y me dijo que cerraba.
Al lunes siguiente me trajeron al estudio donde trabajo 53 fotografías. Mientras la galería estuvo abierta, el valor total de estas imágenes rondaba los 153.100€. Ahora no sé lo que valen ni tengo donde almacenarlas.


Volviendo de Bilbao por un asunto familiar.


El gobierno publica en el BOE la batería de recortes más brutal de la democracia. El día anterior, cientos de personas llevados por la desidia y la impotencia salen a protestar frente a las sedes de los dos grandes partidos… Al final, siempre queda la poli…


Me gusta mucho ir al cine, sobre todo en las noches de verano. Uno de mis sueños es vivir en el centro para poder volver a casa paseando después de ver una película, Nunca lo he conseguido, Ahora dicen que, con la subida del IVA de las entradas del 8% al 21%, van a cerrar muchas salas de la ciudad. Quedarán las de los centros comerciales, a las que es imposible llegar si no tienes coche.


Dicen que el dinero ahora está en China. Así que se me está ocurriendo un negocio dirigido a fotógrafos chinos. Consiste en traerles de viaje por España a que fotografíen nuestros monumentos y paisajes. Mi trabajo como especialista en la materia consistiría en llevarles a esos lugares e indicarles el punto exacto desde el que deben hacer las tomas.
Este verano he hecho mis primeras prácticas con una pareja de amigos. Creo que no se ha dado mal, así que si todo va bien el año que viene por estas fechas estaré de viaje con mi primer grupo.
Como dicen ellos: 一路顺风! Que todo el camino tengas el viento a favor (traducción literal) o en otras palabras: ¡Buen viaje!


El 11 de julio de 2011 un gol de Iniesta nos hizo campeones del mundo de fútbol, algo que creíamos que nunca veríamos y que parecía que nos iba a ayudar a salir de la crisis catapultando la marca España.

Para celebrar que también ganamos la Eurocopa dos años después, el Gobierno aplica los mayores recortes sociales y económicos de la historia.