A muchos de mis mejores amigos no los veo más que un par de veces al año. Siempre lo pasamos bien: nos conocemos tanto que no hace falta dar muchas explicaciones de nada. Basta con reír, beber, bailar y, si se tercia, cantar “Chiquilla”.
A muchos de mis mejores amigos no los veo más que un par de veces al año. Siempre lo pasamos bien: nos conocemos tanto que no hace falta dar muchas explicaciones de nada. Basta con reír, beber, bailar y, si se tercia, cantar “Chiquilla”.
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