Las bicicletas y Julio Verne son para el verano. Los paseos en bici y las aventuras de Verne que leíamos durante las siestas, tienen una relación cercana porque fueron nuestro primer contacto con la libertad.
Esta mañana en la bici me he puesto el audiolibro de Viaje al Centro de la Tierra. Pedaleaba a muerte cuando el profesor Lidenbrock, su sobrino Axel y el islandés Hans se quedaban sin víveres y en la más completa oscuridad en las profundidades de la Tierra. Lo que mola es que sabes que escaparán de semejante situación, que lo imposible se realizará.
La bicicleta ha pasado junto al yacimiento Paleontológico de Pinilla del Valle. Allí encontraron los únicos restos de Homo Neandertalensis de la Comunidad de Madrid. El lugar es una especie de Atapuerca a la madrileña donde los paleontólogos han descubierto huesos de rinocerontes, uros, tigres o hienas de las cavernas. Emocionado por esos datos que conozco e inspirado con el sonido que emiten mis cascos redirijo la bicicleta hacia la Cueva de la Buena Pinta que así se llama el lugar. Sólo tengo unas pocas galletas, una linterna y un bidón de agua de la bici, pero con este mínimo equipaje me dispongo a emprender una gran aventura y sólo espero que cuando regrese a la superficie el mundo se haya arreglado.
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