Es realmente difícil entender el problema del carbón, por otra parte, es muy fácil posicionarse.
Un sector con fecha de caducidad (2018) al que históricamente han subvencionado y al que continúan dando dinero, donde los trabajadores cobran cerca de 3000€ y se pueden jubilar a los 51años… pues bien, ese dinero también sirve para adecentar y dotar de recursos a los pueblos cercanos a las minas porque sino estarían totalmente abandonados, sirve para que algunos mineros de contratas lleguen a duras penas a los 1080€ y sirve también para que esos jubilados o prejubilados tengan un digno retiro después de pasarse la mayor parte de su vida a muchos metros bajo tierra tragando carbonilla, con una humedad en algunos casos cercana al 90% y en posiciones totalmente imposibles cargando con un martillo hidráulico de varios kilos.
A esta gente les han estafado, les recortan porque el gobierno tiene una buena coartada para ello “están condenados a desaparecer, la minería no es sostenible”.
Pues puede que sea verdad pero, el tajo a traición no está justificado, han recortado en 2012 lo que deberían hacer en 2017, impidiendo estudiar o elaborar un plan de desarrollo para el futuro de las cuencas.
El carbón que se extrae en España no siempre es más caro que el de fuera pero cuando lo es, ¿no será porque los mineros tienen que cobrar, porque hay un plan de seguridad y además tiene que casar con los programas medioambientales que muy seguramente no hay en Polonia, Sudáfrica o en China?
Rajoy, sin duda, habrá estudiado la estrategia de Margaret Thatcher en los ochenta y sabrá que en una huelga larga, el pulso “siempre” lo gana el gobierno por la desidia del que necesita trabajar. Esperemos que no sea así y se siente a negociar.
No es muy difícil encontrar paralelismos de otros sectores con la minería… así que pensemos un poco porque, todos somos un poco mineros.
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