Cuando el 6 de Agosto de este año la nave de exploración Curiosity aterrizó sobre la superficie marciana, yo lo vi claro. Estaba seguro de que la NASA estaba preparando una evacuación masiva de humanos hacia el planeta rojo.
Las primeras imágenes que se recibieron desde la nave me recordaron a los paisajes de mi infancia del Pantano del Burguillo. En los veranos, yo jugaba entre las piedras incoloras de un territorio sin vida sumergido durante el invierno bajo las aguas del embalse. Mi abuelo vivía al otro lado del pantano y para verle teníamos que ir en una barca azul. Pasé muchos veranos allí aislado, sin electricidad, ni agua corriente. Aquello era un territorio aislado donde se abonaron mis fantasías. En el pantano nunca se discutió la existencia de vida extraterrestre. Según nos contaban junto al fuego, muchas veces habían visto naves espaciales atravesar el valle a toda velocidad.
Como yo quiero ir en la primera remesa de colonos que la NASA envíe a Marte, esta tarde he empezado la preparación física de mi familia para el ambiente hostil marciano. Les he hecho correr en bañador entre las piedras del pantano en condiciones de calor extremo y ausencia de oxigeno. No sé cómo solucionar el tema de la ingesta de líquidos, pero estoy seguro de que la NASA ha pensado en algo.
19/08/2012 Mazinger