Debajo de mi casa de Madrid un día llegó un chico que se llamaba Oscar y que venía desde Londres. Quería montar una tienda en el local vacío que había en los bajos. Los de la comunidad de vecinos estábamos preocupados porque no queríamos otro bar en nuestro edificio, pero lo que Oscar venía a hacer nos gustó a todos. En el local de la calle Colón creó un lugar dedicado a la encuadernación llamado La Eriza que parece sacado de un delirio de Alicia en el País de las Maravillas. Se ha hecho tan famoso en Madrid que si quiero encontrarme con amigos fotógrafos sólo tengo que bajar al portal.
El día 31 de Julio de este año Sebastián y yo dimos por finalizado el periodo de reformas del libro sobre los Modlin que llevaba dos años escribiendo. Nos pusimos una fecha tope y lo conseguimos. En un par de días maqueté el libro con las fotografías y compuse un prototipo por pliegos de cómo quería que fuese el libro. Entregué las hojas a Oscar dándole total libertad para la encuadernación. Oscar utilizó en las tapas un papel que imitaba la piel de la manta raya. También impregnó las cubiertas con un espray fosforescente de los que usan los grafiteros. Ahora cuando el libro descansa sobre la mesilla de noche y apagas la luz el libro queda iluminado y hasta parece que palpita. Oscar había captado a la perfección que aquello era un libro sobre fantasmas.
Como nunca había escrito un libro, Sebastián y yo teníamos algunas dudas, y antes de pasárselo a la editorial, hemos decidido dar a leer el libro a tres personas este verano. Queremos hacer una muestra pequeña de la opinión de un lector medio. Una de esas personas es Isabelle que se lo ha leído de un tirón mientras yo me echaba la siesta.
Como el libro es un libro Apocalíptico no me extrañaría nada que el propio Apocalipsis lo arrastrase y nunca saliera a la luz. Sería un final lógico para la familia Modlin perseguida por el fracaso hasta el fin de sus días. A mí ese prototipo del libro que ha encuadernado Oscar me consuela, poco me importa que llegue a reproducirse de forma masiva. Pienso comprar para él una pequeña caja fuerte que incrustaré en mi habitación y a la que esparciré un bote entero de espray fosforescente.
22/08/2012 Valeria
22/08/2012 Valeria