Si algo de bueno tiene la crisis es el cambio de mentalidad ante el uso de los productos no perecederos: La reutilización.
Nuestros padres y sobre todo nuestros abuelos, se criaron con cierta austeridad y con la mentalidad de que si algo estaba roto se reparaba, no dudaban de no hacerlo de otra manera. También es cierto que no tenían conocimiento alguno de la obsolescencia programada, que ya se empezaba a maquinar por aquellos tiempos, hoy en día desgraciadamente está viviendo su época más gloriosa. Ha sido necesaria esta crisis para al menos invitarnos a reflexionar sobre nuestros hábitos de consumo.
Al mismo tiempo animo a las empresas a volver a fabricar productos no programados para perecer antes de un uso lógico y razonable. A partir de ahora creo que los consumidores nos vamos a quejar un poco más, o eso espero.
22/08/2012 Silvia