Marc cumplió el pasado 6 de agosto 2 años, el mismo día en que cayó una bomba atómica en Hiroshima. Ahora está aprendiendo a hablar, o a gritar. Tal vez hayan quedado impregnados en sus genes ciertas reminiscencias del pasado y grite por la atrocidad que cometieron algunos insensatos aquel 6 de agosto de hace 67 años.
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